Lovely Luna


Texto de Covadonga Carrasco
Fotos cortesía de Promociones Sin Fronteras

Félix Árias y Xoel López son las naranjas de las que sale el zumo de Lovely Luna. Félix probablemente no es tan mediático como su compañero Xoel, pero desde luego es un auténtico genio igual que su compañero a la hora de componer. Charlamos con ellos para que nos contaran qué podremos encontrar en Chang y Eng, el último trabajo de un grupo que aparece y desaparece, pero que nunca deja de experimentar y sobre todo de sorprendernos.

Xoel, ¿marcharte al otro lado del charco es una forma de demostrarte que todavía puedes sorprender o vas a dedicarte a la vida contemplativa al menos durante unos meses?

Xoel: Mi idea es seguir tocando en plan tranquilo y componer en un nuevo contexto, tocar con gente diferente. No es la de dedicarme a la vida contemplativa. Seguir trabajando duro pero desde otro prisma. Es verdad que cuando la gente conoce tu repertorio es más difícil probar cosas nuevas, esperan el repertorio que no conocen y es lógico. Por eso en este lado del charco me siento más libre en ese sentido. También quería tener más perspectiva de lo que fueron todos estos años sin parar de hacer giras, discos y promo. Quería concentrarme un tiempo sólo en la parte artística…

Dices que la vez anterior, cuando estuviste en Argentina lo hiciste de alguna manera para quitarte la presión de que la gente esperara algo de ti. ¿Es más duro tocar cuando se ha alcanzado cierto nivel de credibilidad musical que empezar de cero?

X.: No, no es que sea más duro… Sobre todo no quería recuperar la sensación de convencer a la gente que no te conoce de nada para no dejar de exigirme como lo he hecho siempre. Cuando te confías te esfuerzas menos y no quería llegar a eso.

¿En la variedad está el gusto, es lo que pensáis cada vez que os ponéis a componer o es que por vuestra cabeza pasan tantas cosas que es imposible que os salga algo igual?

Félix Árias: Nos gusta la música en general y no nos cerramos a ningún estilo. Por eso no nos incomoda cuando una composición nuestra no suena como «debería», es decir, no suena pop, inglesa o yankie. No tenemos ningún problema en introducir una gaita o un saz en un momento dado. Esto viene de atrás, ya cuando empezamos con Lovely Luna allá por el 95, solíamos meter instrumentos que no suelen emplearse en el pop o en el rock. Además escuchamos músicas muy diferentes.

X.: También la importancia que cobran las letras en este disco hizo que no quisiésemos taparlo con mucha producción.

Esta vez con Chang y Eng hacéis especial hincapié en las letras, tiene un sonido mucho más folk, más sencillo, aunque no por ello con menos calidad. ¿El motivo?

F. A.: Nos salió así. Es lo que nos tocaba, supongo, no tiene por qué haber una razón en concreto. Quizá fue lo que estábamos escuchando y leyendo cada uno en ese momento.

Lo curioso de Lovely Luna es que aparece y desaparece, mientras cada uno de vosotros seguís con vuestras cosas… ¿Lo utilizáis a modo de oasis?

F. A.: Es una buena definición. Ya lo era cuando empezamos. Cada uno tenía su grupo en los cuales no nos dejaban introducir un tipo de canción más acústica. Era la época del grunge y nadie quería parecerse a Simon & Garfunkel.

Xoel, que te definan como el perfecto trovador del siglo XXI ¿cómo te sienta?

X.: No sé, supongo que me parece bien. Al menos no me parece mal, vamos…

¿No tenéis cierta sensación de bipolaridad tocando en tantos grupos diferentes, y lo mejor, a la vez?

F. A.: No, es nuestro trabajo y dedica–mos una gran parte del día a ello. Es como si a un fontanero le preguntas si no se vuelve loco con tanta tubería en tantas casas diferentes.

X.: Sí, al contrario, nos ayuda a descansar de nuestros proyectos personales.

¿Qué tiene este disco de especial para haberlo presentado en un teatro? No es algo muy común.

F. A.: Es el lugar ideal y natural para Lovely Luna. Hacemos una música que requiere una buena acústica que no existe en las salas de conciertos, que en realidad son bares y discotecas.

X.: Se podría hacer en salas pero al ser música bastante acústica preferimos tocar en teatros. Es el lugar ideal para el grupo.

Félix, ¿sientes de alguna manera que Xoel te eclipsa, no como creador sino de forma mediática?

F. A.: Sí, claro. Es algo normal, me doy cuenta que en el escenario el 90% del público lo mira a él, aunque sea yo el que esté cantando en ese momento. Yo también lo haría si voy a ver un dúo formado por John Lennon y Perico de los Palotes, estaría pendiente de mi ídolo. Pero es algo que asumo con naturalidad, mi trabajo consiste en tocar y cantar lo mejor posible y no debo gastar energías en pensar si mi compañero es muy famoso y yo un desconocido.

A la hora de trabajar, ¿de qué forma os ponéis de acuerdo? ¿Tiene cada uno un rol determinado?

F. A.: En primer lugar es interesante aclarar que cuando trabajamos lo hacemos muy en serio, a veces de una forma apasionada porque está naciendo algo interesante y otras veces sacamos el pico y la pala porque no encontramos el camino. Una canción de Lovely Luna no está terminada hasta que a los dos nos gusta completamente. Tenemos la confianza de decirnos «esto que has escrito es una mierda» y también de defender una idea que ha tenido el otro que nos parece genial, «este verso que has escrito es muy bueno, vamos a hacerlo». No sabría decir si cada uno tiene un rol determinado a la hora de componer, yo diría que no, por otro lado somos bastante diferentes.

Félix, Xoel se marcha a Argentina y te deja aquí con el disco recién salido del horno, ¿algo que decirle ahora que no nos oye?

F. A.: Es que si no me oye para que para que le voy a decir nada…

¿Después del concierto en el Teatro Lara haréis gira? ¿Tenéis ya alguna fecha?

F. A.: Sí, en primavera haremos una gira de teatros por toda España, creo que ya hay algunas fechas cerradas.

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