Maruja Limón: «Vidas»


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Texto de Reyes Muñoz
Fotografías cortesía de Emana Comunicaciones

La carátula de Vidas se conforma con la cara de las cinco, que son Shelia y Esther (voces), Vicky (guitarra), Elisenda (percusión) y Mila (trompeta). La imagen nos sirve para saber cómo se ha hecho este disco y por qué se llama así, para entender la diversidad de estilos y sonidos que encierran las canciones e intuir por qué hablan de lo que hablan en cada una de ellas. En todo hay de todas y el resultado es como una creativa bomba de racimo que se queda en anécdota cuando las ves sobre el escenario.

En cada canción de Vidas, con más o menos ironía, con más o menos gravedad y siempre con mucha fuerza y respeto, tratan asuntos de importancia trascendental, que van desde la ansiedad que generan las relaciones tóxicas, hasta la reivindicación de la diversidad de género, pasando por el cáncer, la rumba, el confinamiento, etcétera.

«Otra vez» es la canción que abre el disco… ¿Qué me decís de esa introducción al disco?

Sheila: La intro va de la toxicidad de algunas cosas, podría ser de una pareja, pero en general de cualquier cosa que te genera dependencia en torno a algo nocivo y de lo que cuesta salir. Puede tratar de muchas adiciones, a parte de las adicciones a una pareja tóxica. Son esas adiciones en las que vuelves a caer una y otra vez, y nos ofrecen una satisfacción momentanea y luego te llevan otra vez al pozo. Esa canción va de ese ciclo.

«Nos dijo que de pequeña pensaba que ella acabaría debajo de un puente, porque eso es lo que les pasaba a todas las personas transexuales que veía en la televisión».

Ese es un tema importante. En general, en el disco tratáis temas importantes. En «Cárcel», por ejemplo, no huís de un debate que hay ahora mismo muy fuerte en torno a la transexualidad, o la diversidad de género y sexual…

Eli: Confluyen muchas cosas ahí. Si eres biológicamente una mujer te tienes que comportar y vestir de una manera y si eres biológicamente hombre, pues lo mismo, debes reunir unos requisitos. En la canción queríamos poner en duda todas cosas que nos imponen a nivel cultural. Hay gente que no se siente cómoda con lo que se les impone, porque culturalmente las cosas tienen que ser así. Y lo pasan muy mal. La canción nos habla de abrir la mente.

¿Y de quien es la voz que escuchamos al principio del tema?

Eli: Es la voz de de Ivana, una amiga de una de nuestras primeras fans. Estábamos hablando con ella sobre el tema y le dijimos que buscábamos la voz de una persona transexual que ya hubiera pasado todo el proceso de cambio de género. Y nos habló de ella, de una compañera de trabajo que tenía cuarenta años. Estuvimos hablando con ella sobre el proceso, sobre cómo se sentía, sobre los estereotipos… Nos dijo que de pequeña pensaba que ella acabaría debajo de un puente, porque eso es lo que les pasaba a todas las personas transexuales que veía en la televisión.

¿La entrevista la hicistéis antes de terminar el tema?

Eli: Después, después, aunque sí que parece que ella lo ha inspirado.

«Barna» es un homenaje a Barcelona, a la rumba catalana, a Lola Flores, con unos trabalenguas ahí importantes…

Vicky: Sí, es que teníamos varios recursos por ahí que para nosotras eran importantes, una referencia tanto en la escucha de música como de nuestro lugar de origen. Fue el primer tema, con ese empezó el disco porque queríamos crear una rumba que plasmara los orígenes de la rumba y todo lo que había pasado en los últimos cuarenta años. También lo que nosotras hemos aprendido desde que empezamos con Maruja Limón. «Barna» al final no tiene muchos elementos electrónicos ni ninguna locura, pero refleja muy bien quienes somos o donde venimos. La reflexión fue: «¿Cual es el núcleo de Maruja?», el embrión fue la rumba, versionábamos rumbas en acústico en las calles del Rabal, que es donde nació el género, la rumba catalana. La canción reivindica todo eso.

Maruja Limón en ExVITA

Maruja Limón estuvo en Madrid presentando su disco «Vidas» y en connivencia con las Aulas de catalán organizamos un encuentro muy especial con los alumnos. Además de tocar cuatro témazos («Preludi 28 de maig», «Merceditas», «Barna» de «Vidas» y «Vinc amb tu», de su anterior trabajo «Ante mí») e improvisar un fiestón, Esther y Sheila (voces), Vicky (guitarra), Elisenda (percusión), Mila (trompeta) y Carla (bajo), estuvieron respondiendo a las preguntas de todos los alumnos. Damos las gracias a Maruja Limón por participar en esta propuesta tan loca. Les preguntamos si les apetecía venirse en las #AulesDeCatalà en el Centro Cultural-Librería Blanquerna y dijeron que sí. ¡Y no solo eso!, ¡lo dieron todo! Hicieron un súper concierto y respondieron a todas las curiosidades de los alumnos de catalán en Madrid. Aquella, posiblemente, haya sido la rueda de preguntas más rara y divertida de la historia universal.

«El flamenco tiene unos patrones rítmicos que vinieron de África, viajaron a Cuba, pasaron por México y llegaron a España… Es una súper fusión».

Llegamos a una situación en que leías «fusión» y se te ponían los pelos de punta. Sin embargo vosotras y otras bandas, con mezclas de rumba, de flamenco, de sonidos latinos, habéis logrado que funcione como género o que se diluya el término… No sé explicarlo.

Vicky: Claro. A lo largo del tiempo se acumulan las influencias en cada estilo musical. Quizás hace unos años el tema de la fusión se determinaba mucho más, es decir, esto con esto es world music, esto con esto es… Ahora la acumulación de flamenco, con rock, con latin, con… ha llegado a un punto en el que ni siquiera te fijas en la fusión…

La fusión ya no existe…

Eli: En realidad es riqueza. Depende de donde seas, de tu folclore, de todo lo que escuchas, de la tecnología… De la fusión surge la electrónica, o el reguetón… Detectas lo que te gusta de cada cosa, lo investigas, experimentas con ello…

Gracias a los ExVITA, los conciertos que grabamos en el sótano de la revista, he descubierto cosas como lo bien que casan los ritmos latinos con el flamenco, como si todo viniera de lo mismo…

Sheila: Es que el flamenco es un género que nace de muchas influencias. En la época en la que se invadió América, se trajo mucha cultura de allí a España, incluso tenemos los cantes de ida y vuelta, que tienen esa carga de la guajira, la colombiana, o incluso la rumba…

Vicky: El flamenco tiene unos patrones rítmicos que vinieron de África, viajaron a Cuba, pasaron por México y llegaron a España… Es una súper fusión. Es verdad eso que dices, yo pienso igual, que casan perfectamente. Fusionan rítmicamente pero también instrumentalmente. Si haces una rumba con guitarra española y bongos, encaja súper bien y te lleva a los dos mundos, al sonido latino y a la rumba catalana o a la andaluza.

«Queríamos hablar del cáncer, en concreto, del cáncer de mama, que es el que conocemos por una persona cercana a nosotras, de nuestra edad».

«Preludi 28 de maig» y «Merceditas» son las misma canción en dos tiempos. ¿Son en catalán porque se dirigen a alguien concreto?

Vicky: Sinceramente, cuando las hicimos, el disco estaba casi terminado y queríamos hacer ese guiño al catalán, nos gusta que en todos los discos haya un guiño, queríamos darle un espacio. Surgió esa canción y salió en catalán.

Pensé que quizás con la persona a la que va dedicada, habláis en catalán.

Vicky: Sí, está hecha para Merceditas, pero con ella precisamente hablamos siempre en castellano. Queríamos hablar del cáncer, en concreto, del cáncer de mama, que es el que conocemos por una persona cercana a nosotras, de nuestra edad. No queríamos normalizar el tema, tampoco tratarlo como un tabú, como algo oscuro… Queríamos dar visibilidad a esa realidad. Y nos salió en catalán.

Cuando llegamos a «Silencio en la habitación 308» nos damos cuenta de hasta qué punto en este disco habéis participado todas… Es muy rara. ¿Cómo se hace un disco entre tanta gente?

Sheila: Has acertado completamente. Se hace modificando muchas cosas. Aunque cada canción sale de una forma distinta. Algunas canciones llegan con una forma que funciona y se modifican muy poco y otras iban con una letra y acabaron con otra letra. Otras evolucionan a nivel rítmico y sonoro. “Silencio” es de esas. Empezó con un sonido y fuimos probando diferentes pases. Es de las canciones que más nos costó que caminara. Tiene ese rollo… Estamos muy contentas porque a mucha gente le ha llamado la atención.

Eli: Es un género que no habíamos tocado. Durante casi un minuto funciona con un único acorde. Investigamos eso, fluir con un mismo acorde y dejarse llevar, para después ir al estribillo. Era una canción más bailonga. Para Maruja es nuevo. Pero nos gusta mucho hacer eso, tener retos, evolucionar a la hora de componer, cuando ensayamos… Sería un rollo hacer siempre lo mismo.

El nexo entre «Preludi» y «Merceditas» es claro. Pero me ha parecido encontrar más historias con su presentación, nudo y desenlace. Por ejemplo, veo una historia de empoderamiento entre «Otra vez», «Ataque de pasión» y «Voy a lo que voy».

Sheila: Pues ahí hay una historia, eh. Podría ser. Volvemos a caer, un ataque de pasión que es como un no estoy contigo pero pienso en ti, lo que te decía al principio de lo de meterte en una historia tóxica, que te cuesta un mundo salir y vives un auténtico duelo y al final, «eh, que ya sé donde estoy, ya sé donde voy y ya sé lo que quiero». No lo había pensado pero me gusta mucho esa idea…

Con «Enredaderas» me ha pasado algo extraño. En el confinamiento, parecía que todas las canciones de antes, incluso muy antiguas, habían predicho lo que iba a pasar. Esta, que es del confinamiento, la escucho es en clave feminista…

Vicky: Al final lo que ha pasado es que se han mezclado ahí muchas cosas. Es una reflexión sobre el tiempo largo e intenso en el que estuvimos confinados. Nos cuestionamos todo ahí, sobre todo el origen de la información, la falta de fuentes fiables… de lo que se decía en las redes… las redes son enredaderas. Ahí está esa duda. Hablamos de lo vulnerable que te sientes sin poder hacer nada, sin poder decir nada. Te sientes una marioneta. Es una crítica al confinamiento, a que te ponías el despertador y te levantabas para no hacer nada, en plan, para qué…

«Mira, en la manifestación del 8M en Barcelona había una pancarta que decía: «Manolo, ve a terapia». Es ese tipo de mensaje irónico que hace gracia pero que es verdad y es serio».

¿Qué me contáis de «Machito»? Es una fantasía. A ver, me disculpo porque el tema que se trata es muy serio, pero me parece muy divertida.

Eli: A mí me gusta mucho porque es muy irónica. Habla de un punto de vista compartido porque al final todas nos hemos cruzado con un tipo de hombre así. La idea era, «pues ya que estamos, lo contamos con humor». Mira, en la manifestación del 8M en Barcelona había una pancarta que decía: «Manolo, ve a terapia». Es ese tipo de mensaje irónico que hace gracia pero que es verdad y es serio.

Sheila: En verdad, esa canción iba a ser una historia de amor. Iba de un roneo. Pasaron cosas que fueron una catástrofe, y empezamos a hablar: «pues a mí me pasó esto» y otra, «a mí me ha pasado esto otro». Y ahí fue cuando cogimos la canción, la rompimos y dijimos: «machito, te vas a enterar».

O sea, que tiene dedicatoria…

Sheila: Va dedicada… a todos los machitos. Es un tipo de hombre muy vigente. Hay muchos.

«Queríamos recoger así la esencia de Maruja Limón, que la gente se pudiera llevar lo de los conciertos al coche o escucharlo en casa».

Es un disco tocado en directo. No sé si así declaráis que queréis hacer muchos bolos.

Sheila: Jo, pues es verdad y no lo habíamos planteado así. Al final tienes ahí apuntadas un montón de ideas que podremos aprovechar. Pero vaya, la verdad es que los otros discos eran muy perfectos, muy digitales, muy tecnológicos y la gente siempre estaba diciéndonos que éramos mucho más buenas en los conciertos. Parecía que les faltaba un poco de alma. Así que queríamos captar la energía del directo, ¿y cómo lo hacemos?, pues grabándolo en directo.

Eli: Que es un curro, no te creas. Precisa de mucha previa, de mucho ensayo. Muchas bandas ya no lo hacen así porque en el estudio, con los ordenadores, se pactan cosas y luego los músicos lo tocan así en el concierto. No estoy criticando nada, nosotras lo hemos hecho así. Pero en este pensamos: «imagina que lo grabamos en directo y luego le damos un poco de amor en posproducción», que si un efecto por aquí, que si una corrección por allá… Queríamos recoger así la esencia de Maruja Limón, que la gente se pudiera llevar lo de los conciertos al coche o escucharlo en casa.

¿Cuántas veces tocastéis cada tema?

Sheila: Tres veces cada canción, como mucho. Es que establecimos el pacto de que no íbamos a entrar en bucles.

Vicky: Es que lo tuvimos que hacer todo a contrareloj. Teníamos un tiempo limitado. Cada una estaba metida en sus movidas con su instrumento, en plan: «yo no voy a llegar a hacer esto». Por eso marcamos que cada canción solo se podía grabar como máximo tres veces a no ser que hubiera un error garrafal. Y el productor estaba también con eso, que éramos seres humanos, que los humanos cometen errores y que si se escuchaba cualquier ruidito o a una se le iba la mano, esa era la gracia de hacerlo en directo.

Covadonga: Hay muchos grupos que también lo hacen así para que la gente lo imagine en directo y para q ue vaya a los conciertos, que al final, con las plataformas y eso, es de lo que vivís los músicos.

Sheila: Pues quizás sí, habría que hacer un estudio para saberlo. Es decir, que cambia según edades la forma de sentir y consumir la música. Nosotras hemos vivido lo analógico y lo tecnológico. Y quizás sí que tenemos la sensación de que grabarlo en directo da un resultado más orgánico. Y quizás, a quien lo escuche, le pase lo mismo. O no. Apúntalo ahí que de esto hay que hacer un estudio.

Maruja Limón en redes:

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Twitter: https://twitter.com/marujalimonlive?lang=es

Escucha a Maruja Limón: https://open.spotify.com/artist/15weuOZLZZBnFfkmkfVxPu?si=zcekX1VGTMO9eNKd_wG2OA

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