Monalisa: «Postales desde Marte»


Descargar ExPERPENTO 110 / Visualizar ExPERPENTO 110

Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografías cortesía de Silvia de Cuestión de medios.

Monalisa es una banda a la vieja usanza. Sí que han ido sacando temas —producidos por Carlos Hernández Nombela—, pero no se ponen en serio con la promoción y con los conciertos hasta que no pueden ofrecer un disco, con CD y con su caja, que es una postal en la que escriben las dedicatorias personalizadas. Tan cuidado como el formato están las canciones de estudio. En las armonías, no falta ni sobra nada y en las letras de Antonio, no hay rimas facilonas. Tuerce el morro cuando se lo digo: no lleva bien los piropos.

Cuando publicamos esta entrevista, Postales desde Marte acaba de ser nominado a los premios Premios de la Música Extremeña, como mejor álbum y mejor diseño gráfico; y anuncia gira: el 22 de febrero estarán en la Sala Trajano de Mérida, el 6 de marzo, a medio día, amenizarán el final de la vuelta ciclista femenina a Extremadura y por la noche tocarán en el Gran Teatro de Cáceres. El 16 de abril estarán en Madrid, en el Café La Palma. Ojalá Conchy cumpla pronto su sueño de tocar en Torremejía.

¿Cómo va la cosa? Desconozco completamente la escena extremeña…

Antonio: Recuerdo que cuando empecé, en el 98 o así, había cuatro o cinco conciertos cada día de cada fin de semana. Ahora la cosa está más complicada, se ha puesto más difícil que los locales tengan licencias y todo el tema. Estamos cerrando conciertos para la primavera, para enseñar Postales de Marte, pero nos las estamos viendo, la verdad.

Conchy: Creo que directamente optan por llevar música enlatada, que es la que le gusta a todos los jóvenes y prefieren llevar a un artista metido en un pendrive antes que un formato en directo, con músicos extremeños.

Ya ves. Es que además, si desde las administraciones locales apoyan a una banda local, que es fundamental para que una banda buena entre en el circuito, ya tienen embajadores…

Conchy: Soy de Badajoz, pero tengo pueblo. Mi pueblo es Torremejía. Todas las fiestas suelen llevar algún DJ y esas cosas. Pues sí que estaría bien que nos apoyaran. Lo estoy hablando con el alcalde a ver si podemos hacer algún concierto. Supongo que todo irá saliendo.

Contadme en qué momento estáis como músicos. Cuál es la historia de Monalisa.

Antonio: Yo he estado en muchas bandas, tocaba temas de metal, he tocado otros estilos… incluso estuve haciendo tributos, versiones, hasta que un día me senté a componer temas propios. La pandemia aceleró el proceso de composición. Salió el primer disco rodado. Y de ese primer disco, pues había temas, había rescoldos perdidos de los que salió el segundo disco. En el segundo ya estaba Conchy. Han salido dos discos en cuatro años y eso está bastante bien, ¿no?

Pues sí, está muy bien, parece que lleváis mucho más tiempo e igual la culpa la tiene Silvia (prensa), que os mueve muchísimo. Cuéntame cómo llegas a la banda, Conchy.

Conchy: Casualmente. Coincidimos en un concierto que tenía Antonio con una de sus bandas cover, con Night Rider. Iba a sustituir a Andrés Lázaro como cantante. El caso es que empezamos a tocar juntos y ese mismo día hubo una conexión. Después me llamaron y me dijeron: «Oye, te apetecería, por algún caso, hacer una prueba para una posible colaboración». Estaban abiertos a la posibilidad de que entrara una cantante. Como los dos estamos viviendo en Badajoz, pues nos venía muy bien. Quedamos en su casa y me dijo: «tengo esta canción». Me puse a cantarla y la verdad, es que yo me enamoré completamente de Monalisa y dije, «oye, pues contad conmigo para lo que sea». Y aquí estamos.

¿Y se ha compuesto el disco pensando en una voz como la de Conchy?

Antonio: Con el primer disco no sabía qué voz iba a tener Monalisa, ni siquiera sabía si iba a ser masculina o femenina, si iba a cantar más grave o más agudo. Mucha de esa música se compuso sin tener todavía cantante. Entonces, en este disco sí que he pensado mucho más en ella, y sobre todo, lo más importante, es que cuando se maqueta una canción, yo puedo componer en mi tono, pero luego viene Conchy y la adecuamos a su tono. Entonces, se nota mucho que en este segundo disco, la unión de la música y su voz es cómoda.

«Ya hemos olvidado aquella nube negra que nos sacudió en 2020. Estamos aquí con otra temática más diversa».

Ha cambiado bastante la temática. El primero es un disco de pandemia, en el que se habla de aprovechar los momentos constantemente. En este hay más alegría, un cambio de humor coral, por así decirlo.

Antonio: Sí, el primer disco habla demasiado del Carpe Diem, habla de vivir el momento y de aprovecharlo. Las circunstancias se dieron así. En este segundo disco hablamos más de las relaciones interpersonales, de la amistad, de momentos que he vivido, de momentos pasados, de la adolescencia. Entonces la temática ha cambiado. Ya hemos pasado aquella etapa, aunque el Carpe Diem está en la canción que abre el nuevo disco. Ya hemos olvidado aquella nube negra que nos sacudió en 2020. Estamos aquí con otra temática más diversa.

Conchy: Y más positiva, también. Hay canciones que hablan de experiencias personales, como dice Antonio, y también hay canciones muy positivas que te animan a decir «venga, pues voy a ponerme esta canción de bailar y me voy a poner a bailar». Se nota esa positividad, ese optimismo.

Ese optimismo funciona muy bien en directo, ¿no? Pero supongo que en los bolos habrá una selección de temas del primer disco y del segundo.

Antonio: Estamos trabajando en ello. Vamos a terminar la promo, vamos a sentarnos, vamos a ver las canciones y vamos a intentar darle una vuelta, porque hay muchos cambios de este sonido en este segundo disco y no queremos que las otras queden apartadas. Este tiene mucho más teclado, tiene otra textura más envolvente. Entonces, vamos a trabajar con los temas del primer disco, para darles una vuelta y que quede una propuesta más homogénea, ¿no?

Supongo que también se nota el efecto Nombela. Nosotras presentamos en ExPERPENTO «Bailar» hace un año o así… por tanto, está grabado desde hace tiempo. ¿Hay cansancio?

Antonio: ¡Qué va! Estamos como si lo hubiésemos grabado ayer, la verdad es que lo tenemos fresquísimo. Lo escuchamos en el coche, no lo hemos aborrecido y estamos con ganas de seguir tocando acústicos, con la idea de estar en cada ocasión que se nos presenta, súper ilusionados, como el primer día.

Que me digas que queréis presentarlo en acústico me da a entender que os habéis sentido agustito en ExVITA.

Antonio: Sí, sí. El disco está en eléctrico, pero también es verdad que las canciones nacieron en acústico, así que no ha sido muy difícil, ha sido vestir un santo y desvestirlo, como dice el refrán, ha sido fácil.

Me dices esto… Ya te lo pregunté cuando presentamos «Bailar» y me dijiste que no. Pero otra vez he vuelto a sentir al escuchar el disco, que ni sobra ni falta nada, que son temas desnudados, que se compusieron con más pistas y luego se hizo el ejercicio de contención, de sacarle capas para que ganaran en pureza.

Antonio: No, no. Las canciones son tal cual, las canciones van mucho más desnudas a la hora de pasarlas al productor: llevan una guitarra, una batería, un bajo y una voz. No llevan nada de teclado, no llevan nada de arreglo, porque lo que queremos es dejar la creatividad abierta a Carlos. Si yo le dejo todo muy mascado, ya estoy cortando la creatividad, ¿no? Entonces lo que intentamos es llevarlo lo más desnudo posible para sorprendernos a nosotros mismos y ver hasta dónde podemos llegar. No marcamos ni el tempo. Si hay que subirle cuatro puntos de tempo en el estudio, pues se suben.

¿Hablamos de los temas que habéis elegido para ExVITA? ¿Empezamos por «La última cita»? Tenéis un videoclip muy bonito.

Conchy: Es una canción muy sentimental porque bueno, evidentemente habla, pues de una posible relación que tiene un desenlace esperado o no, que evidentemente no diremos. Según tú vas recorriendo la canción, vas sintiendo o vas notando esa empatía hacia las personas que están contando la historia. Aparte de bonita, es muy personal.

Antonio: Prácticamente es un poema. Yo creo que sí es una de las canciones más mimadas de Monalisa.

Es un chollo poder grabar videoclips en esos escenarios, ¿no?

Antonio: Sí, también estuvimos barajando la opción de la Plaza Alta de Badajoz. Hubo varios sitios donde pensamos en grabarlo. Al final nos decidimos por la parte antigua de Cáceres, la de San Jorge a San Mateo, en las escaleras aquellas que te envuelven. Tengo que dar las gracias al restaurante Torre de Sande que nos dejó grabar la escena final, el desenlace. Rodamos en una tarde en la que empezó a chispear, pero no llovía y las luces quedaron mágicas.

He leído en algún sitio que os encargáis de todo en las grabaciones de videoclips.

Antonio: Sí, porque es más barato. Y también porque nos gusta mucho completar todo el proceso, todo lo que conlleva sacar una canción. Nos gusta ver cómo sale adelante, ponerle las imágenes que tú tenías en la cabeza cuando la compusiste, que sean las mismas que en el videoclip. Puedes darle la idea a otro, contarle lo que tú querías expresar en la canción… pero no es lo mismo. Es de las cosas más pesadas que hay y más complicadas, porque nosotros hacemos canciones, no hacemos imágenes. Pero sí, hacemos los videoclips nosotros y hasta el momento está funcionando.

Conchy: Con los vídeos llegamos más fácilmente a la gente. Llama más la atención que una imagen estática.

Antonio: Y Conchy se crece en los videoclips, así que aprovechamos eso. Sacamos a Conchy de primer plano, porque se empodera y hace el playback clavado.

Conchy: (Risas) A mí me gusta, a mí me gusta. Siempre había soñado con estar en videoclips profesionales, porque evidentemente, chapurrear, chapurreamos todos. Pero que te vean tus amigos, tus compañeros del trabajo… y el otro día me decían en un supermercado de Badajoz: «oye mira, pues fíjate que creo que te he visto en un vídeo y vosotros sois Monalisa», y yo: «sí, sí, somos Monalisa». Es que me parece muy fuerte, que a lo mejor te cruces con alguien y de repente te reconozcan.

Tengo apuntado: «”El momento”: alabar la melodía».

Antonio: Esa melodía no es mía. Un día a César Domínguez, Ulises Messner, se le ocurrió ese arreglo de teclado y a mí me pareció asombroso. Es el tío con más talento que me he cruzado en mi vida. Es un tío que es sencillo, que lo hace sin apenas darle importancia y el arreglo de teclado del principio de la intro, lo sacó él. Cogió la canción y la letra y dijo: «a dónde voy», «aquí» y lo tocó y yo me quedé alucinado. Yo no domino el teclado. Llamaré a Ulises siempre, en todos los discos va a participar porque es increíble. Y siempre que pueda venir, vendrá.

Buscáis mucho la contundencia y a lo mejor os molesta lo que os voy a decir. Tenéis lo que yo llamo el «efecto Salomé».

Antonio: A ver, qué quiere decir eso.

«Vivo cantando» empieza y sube, sube, sube y termina súper arriba. Te deja bien el alma.

Antonio: Acabas de reventar nuestro secreto.

¿Que sois fans de Salomé?

Antonio: No es que sea fan de Salomé, es que nosotros trabajamos mucho la parte del puente que hay justo antes del tercer estribillo, que es el que rompe la canción y entonces tú claro, ves que la canción va empezando, luego entra la batería, luego entran otros elementos y el estribillo rompe la canción. Pero es que luego, cuando está el otro puente del último estribillo es donde nosotros lo damos todo. Es a eso a lo que le damos la mayor importancia a la hora de componer. Entonces claro, nos acabas de reventar el secreto. Trabajamos mucho la parte última de la canción para que explote, y te quedes tarareándola.

«Yo no dejo una canción en el baúl. Cuando me ha emocionado algo he seguido buscando para ver hasta dónde llegó».

Pero eso no os lo podríais plantear sin Conchy. En eléctrico lo hacéis con los instrumentos, pero es que en acústico lo hace ella.

Antonio: Sí, eso es así. Yo también le meto caña y Conchy saca el do de pecho, sí. Se intenta alejar un poco del micrófono para no reventarlo (risas).

¿Hablamos de «A pesar de los internos»?

Antonio: Es un poema, lo puedes escuchar sin música.

Decías lo mismo de «La última cita». Creo que pasa con todas las canciones.

Antonio: Sí, sí, los textos están muy cuidados en este segundo disco. Está feo que lo diga yo, pero están muy cuidados. Les he echado muchas horas. Les he echado muchas ganas, más que a la música, te diría yo. Pero «A pesar de los intentos» nació como un poema. No lo escribí con la guitarra, no iba viendo que la melodía fuese encajando con la letra. Me levanté una mañana con un café y lo escribí sin música. Luego tuve que adaptar unos acordes y darle una melodía.

Si cuentas esto, es que así no han nacido todas…

No, cada canción nace de su padre y de su madre… Voy en el coche, estoy en el supermercado, o me siento a componer y hay días en los que no sale nada y hay días en los que tiro de un riff, de una frase, de algo que me emociona y digo: «aquí hay canción». Eso le pasa a mucha gente. Yo he escuchado entrevistas de Leiva, por ejemplo, en las que dice que eso sale así, que dice «aquí hay canción» y tira.

A mí lo que me ha contado mucha gente es que se autoplagia. Dicen: «Aquí hay canción», se graban con el móvil, se la enseñan al grupo y contestan: «pues si eso ya lo hemos grabado».

Antonio: No, a mí eso no me ha pasado, a mí me ha pasado que pienso: «joder, si esto es de Los secretos», «Si esto es de los 80»…

Conchy: Una vez me enseñaste una canción y te dije «Me recuerda un montón a la canción de Nek».

Antonio: A esa canción que me estás diciendo, le cambié cuatro acordes y está en el disco y no te has enterado. (Risas)

Eso sí que es un «me río yo de la inteligencia artificial».

Antonio: La verdad es que yo no sé manejarla, pero sí, yo lo cambio y ya está. Porque date cuenta que hay doce acordes y si no vas por un lado vas por el otro. Cuando la canción tiene algo, te va buscando, eso está claro. Si la canción tiene algo que digo, «joder, merece la pena», le echo otras ocho, diez, quince horas más. Yo no dejo una canción en el baúl. Cuando me ha emocionado algo he seguido buscando para ver hasta dónde llegó.

Y Conchy y Oscar también te guiarán en ese proceso, ¿no?

Antonio: Hombre, claro. Yo se lo paso a Conchy y si a Conchy no le mola, no se graba. A la banda nos tienen que enamorar las nueve canciones. Antiguamente en los discos había dos buenas y siete de relleno. Ahora nos tienen que emocionar a los tres las nueve.

«Quién iba a decir que yo iba a estar en el disco de Monalisa, viniendo a Madrid a hacer entrevistas, tocando temas con Antonio y con Óscar…, y la verdad, es una experiencia increíble».

¿Hablamos de sueños a estas alturas de la película?

Conchy: La verdad es que en mi caso, mi sueño siempre ha sido hacer algo relacionado con la música, algo importante; y lo estoy consiguiendo. Para mí el disco es un avance, es un sueño cumplido y lo que toca es seguir cumpliendo sueños. Siempre he querido llegar a la gente con la música que hacemos. Nunca había tenido esa oportunidad de decir: «Oye, pues me están escuchando». Sí que tengo algunos singles, como artista individual, como solista, pero claro, al final esto es otra cosa. Esto es magia. Yo lo hablo con mucha gente. Quién iba a decir que yo iba a estar en el disco de Monalisa, viniendo aquí a hacer entrevistas, tocando temas con Antonio y con Óscar…, y la verdad, es una experiencia increíble.

Y estarás aprendiendo de estos gramática parda, parda.

Conchy: Sí, sí, sí, sí, sí. Fíjate que yo llevo cantando desde los quince años. A partir de los diecisiete o los dieciocho años, ya empecé a trabajar en la música. Pero claro, esto es otra cosa. Esto es otro nivel.

Estás con uno que hace covers de metal y eso sí que es otro nivel.

Conchy: Que aquí donde me ves, yo soy heavy, también. Me encanta. He de decir que «La mitad de mi yo» es la canción más heavy del disco, junto a «Nadie dijo». Tienen ahí cositas que hacen que vayan un poco más allá del pop-rock, por así decirlo.

Decía antes que si os podéis permitir en acústico lo del «efecto Salomé» es por tu voz.

Conchy: Sí, es que soy soprano.

Madre mía. ¿Y te dedicas a la lírica en otra vida?

Conchy: No, no. Actualmente soy estudiante de psicología y además soy monitora de ocio y tiempo libre. Estoy dando clases en una academia de Badajoz como profesora, y de baile. Evidentemente no me dedico a la música de una forma profesionalizada, pero sí que se me había cruzado alguna vez por la mente decir «oye, pues voy a hacer la carrera por el conservatorio». He querido enterarme de como va lo de ser profesora de canto, y hay mucha gente que no me lo ha recomendado porque yo tengo un estilo de voz distinto a un lírico. Lo mío es más rock, pop y claro, llevarte de un estilo completamente distinto a un lírico, pues te cambia. Cambia tu esencia vocal.

¿Y tus sueños, Antonio?

Antonio: Salir en ExPERPENTO era uno de mis sueños. (Risas) Pero va en serio, me gusta mucho que sea una revista en papel, cuidada. He visto la revista, la he tocado y la he olido. Salir ahí me ilusiona. Le tengo que dar las gracias a Silvia de Cuestión de medios. Y mi sueño musical… Me gustaría que pudiésemos grabar un tercer disco.

Pero eso no es un sueño… eso ya entra en el epígrafe de objetivos.

Antonio: Sí, quizás, pero sí que hay un sueño detrás. Me gustaría que hubiera un montón de personas, de gente que quisiera escucharlo, que estuviera esperándolo. Eso nos animaría a grabar un tercer disco. Entonces, bueno, salir en la revista puede ser un paso hacia esa grabación, que nos conozca más gente. Con esta entrevista hoy cumplo un sueño.

Sigue a Monalisa en redes:

Descargar ExPERPENTO 110 / Visualizar ExPERPENTO 110

Anterior ExVITA: VerdCel «Petricor»
Siguiente ExVITA: Monalisa [Postales desde Marte]