Vicente Martín
U2 con este How to dismantle an atomic bomb atacan directos al corazón desde su segundo corte: «Miracle drug», épico mid-tempo que casi con seguridad, será próximo y exitoso single del disco.
Continúan por esos derroteros con la balada «Sometimes you can’t make it on your own» canción en la que Bono homenajea el espíritu de su fallecido padre. «City of blinding lights» y «Man and woman» son claros ejemplos de lo que mejor sabe hacer U2, plasmar como cotidiano el desamor y la deshumanización de las relaciones interpersonales en estos días como aviso de a dónde se encamina la sociedad occidental.
También hay sitio para los pequeños giros tecnológicos: «Love and peace or else» y «All because of you» en cuyos principios se pueden acertar esa fascinación que el grupo tiene por la tecnología, no en vano, el grupo apadrina uno de los últimos modelos de reproductores de archivos en formato comprimido.
El eje central de sonido de U2, la guitarra de The Edge, se mantiene todavía como seña de identidad del grupo en «Crumbs from your table» y «One step closer», tal vez la balada central del álbum, y en la culminante «Yahweh».
En su primer single, «Vértigo», soplan hasta vientos que recuerdan a los Clash (por las frases en castellano) y tal como pasara en alguno de los cortes de su anterior trabajo, «All that you can leave behind», la sutil y emotiva guitarra de The Edge se torna poderosa y palpitante. Esto ha hecho pensar a los fans de la banda que este How to dismantle an atomic bomb pudiera ser una continuación del galardonado anterior álbum. Lejos de la realidad, este disco es una vuelta al concepto inicial de la banda: rock basado en electro-descargas emocionales y “compromiso social”, aunque más bien se trata de un trabajo intimista que comprometido.
Destacar que en la edición japonesa, y al igual que pasó con su trabajo Pop, con el corte «Holy Joe», se incluirá un bonus track: «Fast Cars», que aparecerá como cara B en Europa.
Grabado en los estudios de la banda en Hanover Quay (Dublín) y en el sur de Francia, U2 contó con sus habituales colaboradores en la producción, algunos de ellos responsables también del sonido característico de la banda, los siempre presentes Bryan Eno y Daniel Lanois, Steve Lillywhite (viejo conocido, productor en los inicios), Chris Thomas, Flood, Jacknife Lee y también las nuevas aportaciones de Nelle Hooper y Carl Glanville, en conjunto un equipo de producción de ensueño para cualquier banda.
Este undécimo trabajo de U2 no pasará a la historia como puntal de la innovación y vanguardismo, en el que se convirtió el magnífico Achtung Baby, pero seguramente será firme candidato al disco del año según la AMERICAN MUSIC AWARD.
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