«Aleph» de Paulo Coelho


Texto de Reyes Muñoz

La mayoría de los libros de Paulo Coelho no soportan una crítica literaria. Desde el punto de vista más purista, el brasileño no es un gran escritor. Y no le hace falta porque su papel es otro. Es un gran contador de historias, dotado de una inteligencia emocional bárbara. De ahí su éxito.

Coelho nos explica que vive en un momento de desajustes. Y es por ello por lo que inicia un viaje promocional en el Transiberiano. Está financiado por la firma de libros, pero el objetivo del autor es volver a conectar con su lado espiritual. Así, el inicio del relato es una patada en la espinilla. Una de las consecuencias de la crisis es que muchos nos identificamos con el grabado de Goya El sueño de la razón produce monstruos. La rutina de la angustia nos muerde las entrañas hasta dejarnos exhaustos. Y que un hombre en su situación, te venga con estas, no sienta bien. En algún momento es consciente de esto, y él mismo lo explica: «no por tenerlo todo uno está en paz».

Pero seguimos leyendo. El autor incide en sus temas. Hay viajes a vidas anteriores, encuentros con el Aleph, experiencias extrasensoriales… destino, reencuentros. Envuelve una historia épica de un manto de relato biográfico: deja al lector la responsabilidad de creer lo que lee o no creerlo.

La conclusión es que Coelho sale reforzado de este triple salto mortal. El proceso es un misterio, pero cuando nuestra mente hace click y se zafa de la reflexión pura, descubre que es capaz de entrar en un estado diferente y mejor. Es posible que este efecto dure lo que una noche de sueños sin monstruos. Pero algo es algo.

Coelho nos explica que está noqueado, a pesar de que es consciente de tenerlo todo. Ante esta situación, y víctima de un arrebato, decide emprender una huida hacia delante en el transiberiano.

En el tren lo acompaña todo su equipo editorial. Entre ellos comienza a destacar la figura de Yao, su traductor y maestro de Aikido. Y de pronto aparece una misteriosa muchacha, Hihal, una violinista que se empeña en ir detrás del prestigioso autor. Juntos descubrirán los motivos por los cuales su presencia será fundamental en la vida del brasileño. Lo que para los críticos es su debilidad, para sus lectores es su fortaleza. No duda, da por hecho que todos tenemos una espiritualidad y vidas pasadas, que influyen en nuestro presente. Aleph va de eso. Unos le tachan de ilusionista y otros de sabio. La realidad es que sus libros insuflan vida.

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