Entrevista de Sandra Sánchez Basagaña
Foto cortesía del Institut français de Madrid
Arnaud Fleurent-Didier musicalizó un discurso de Villepin en la ONU. Que un músico pegue semejante bandazo en el gremio artístico es anómalo incluso en Francia, donde la libertad de expresión y de pensamiento forma parte del ADN del país. Y al mismo tiempo, con sus letras –no sabemos si con ironía o en serio– pedía ser entrevistado por las principales cabeceras de cultura alternativa de París. Desde entonces, no ha sacado nada nuevo. Pero ni por desidia ni porque fuera flor de un día. Simplemente se ha dedicado a girar, y girar. Y así llegamos a lo otro que le hace especial: sus conciertos son únicos. Es sensual y elegante, y como lo sabe, no duda en explotar su faceta más provocadora.
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Una cronología peculiar En 1995 un grupo amateur alcanza la fama en Francia ¡y en Japón! Han grabado el disco Chansons Originales y ni siquiera tienen nombre para la banda. Bautizados por una revista como Notre Dame, un sello nipón produce el segundo trabajo de la banda Chansons Françaises. Ambos discos son revisiones de canciones francesas. Nueve años después, Arnaud Fleurent-Didier emprende una carrera en solitario, igual de insólita que la del grupo. Portrait es el disco debut, que logra el aplauso de crítica y público. Todo el mundo habla de la calidad de las letras y de los arreglos. Cualquiera hubiera renovado el repertorio en menos de dos años. Pero el cantante –se ve que no le gusta que le llamen artista– no estaba por la labor. Los seguidores tuvieron que esperar a 2010 para escuchar La reproduction. En él, entre otros muchos experimentos, musicaliza un discurso de un político de derechas. Raro pero con trampa: el discurso se posiciona en contra de la invasión de Irak. Ahora prepara un nuevo trabajo, que posiblemente saldrá a la luz en 2015… aunque con Arnaud Fleurent-Didier… nunca se sabe». |
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En Francia desatas odios y amores a partes iguales. Y me da la sensación, de que te gusta generar esas dicotomías… ¿Es así?
Índice de satisfacción de un 50%. Un 50% muy grande. No está mal. Nadie me ha abofeteado en la calle, pero muchos me han confesado su amor.
¿Qué ha pasado entre 2010 y 2014? Hay entrevistas, hay conciertos y actuaciones… pero no hay disco…
La gira del álbum La reproduction ha durado dos años. Nunca había hecho una gira tan larga ni había tocado tan lejos. Incluso sin esas aventuras, después de mi primer álbum en solitario, creo que impuse un ritmo: vivo durante un año, busco durante un año, produzco durante un año. O dos.
¿Qué hay de Notre Dame en tu carrera en solitario?
¡Que bueno es tener un grupo! ¡Un grupo de amigos! No un grupo de profesionales, eso sería menos gracioso… los adoro, es una banda de adolescentes muy dulces. Escucho a mi batería Emmanuel Mario, a mi pianista Dorothée de Koon, y a los demás como a mis amigos, que además eran los miembros de mi primer grupo. Todo el mundo evoluciona y nadie hace de «profesional». Me reencuentro con ese espíritu de los inicios cada vez que quedamos para tocar en algún lugar.
Musicalizaste un discurso en la ONU de Villepin… y a partir de ahí te ganaste la etiqueta de cantante de derechas… algo poco habitual en la música española y supongo que en la francesa. En cierto modo, moviste el foco de la música a la política. ¿Cómo ves desde la distancia aquello?
Todo el mundo es de derechas. El discurso en la ONU contra la intervención en Irak es otra cosa. Sigue muy actual, como un proyecto político que podemos tener para el mundo. Pero me gusta sobre todo esta grandilocuencia, esta puesta en escena de la política. La canción fue bastante bien recibida, creo, sin malentendidos.
Dicen que eres la voz de la generación fruto del Baby Boom, y por otro lado en una entrevista afirmabas que no pretendes lanzar mensajes de ningún tipo, que simplemente procuras emociones. ¿Te sientes incomprendido?
Ver que muchas personas han sentido las cosas como yo en su relación con los padres, con el sexo o la política, me permitió construirme. Es lo que los profesionales llaman «encontrar un público». En las giras, sea cual sea el país, vemos a personas muy jóvenes, vemos a otros muy mayores, y todos al lado de los treintañeros. Esto es lo que más me motiva, creo, el verdadero reconocimiento.
Todos dicen que tu música es muy francesa y no entiendo muy bien qué quieren decir con esa afirmación… ¿La música no es universal?
«Lo que haces es música del mundo hecha en Francia», me han dicho también. Sí, por qué no. Yo no lo sabía, pero lo he comprendido. La canción del movimiento del 68, que se repite en este momento en Madrid, es un buen ejemplo… La progresión de los arpegios de guitarra, las cuerdas, el piano… pero está hecho en Francia. Porque antes de barajar las cartas y de que caigan los muros, las culturas nacionales se podían influenciar. Ravel podía encontrar la inspiración en España. Probablemente he estado un poco influenciado por la música que producían los arreglistas franceses de los años cercanos a mi nacimiento.
¿Habrá más discos en el futuro? ¿Preparas algo? Es que la información al respecto es contradictoria…
A veces anuncio un plan de trabajo difícil de cumplir. Ahora dedico todo mi tiempo a hacer este nuevo disco y está muy avanzado.
¿Cómo crees que será recibido tu directo en el Institut français de Madrid?
Imagino que excitará sexualmente a la mitad, los demás se irán antes del final. Como siempre.
Más información: http://www.arnaudfleurentdidier.com/lareproduction/
Lee la entrevista en la edición en papel de ExPERPENTO de enero-febrero de 2015:
http://issuu.com/experpento/docs/experpento_ene_feb2015issuu/28?e=2897458/11057353