Ciudad Rodrigo (Salamanca)


Publicado originalmente en Universo Azul.
Texto: Isabel Jiménez
Fotos: Fundación Ciudad Rodrigo 2006 (Autor: Foto Vicente)

Siempre podemos ir a Ciudad Rodrigo y quedarnos con buen sabor de boca. No en vano, es uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de España, aunque la Guerra de la Independencia hiciera estragos en su patrimonio. Este verano las razones para acercarse se multiplican. Este verano, podemos aprovechar para disfrutar de alguno de los espectáculos que forman parte de Feria de Teatro de Castilla y León.

Ciudad Rodrigo es uno de los mayores núcleos de la zona, con una población de más de 14.000 habitantes. Situada en un entorno privilegiado en la provincia de Salamanca, junto a la Sierra de Francia y los Arribes del Duero. También está muy cerca de Portugal y de la comarca cacereña de Las Hurdes, en la Sierra de Gata.

Pobladores

La historia de Ciudad Rodrigo es larga e intrincada. Tenemos que remontarnos a la época de los dólmenes para encontrar a los primeros habitantes de la zona. Hacia el siglo VI a.C., llegaron los vetones, pueblo de origen celta del que sólo nos queda un vestigio, un verraco labrado en granito. Tras ellos, y como ocurrió en toda la Península, llegaron los romanos. Los nombres de Mirobriga Vettonum —causante del curioso gentilicio de «mirobrigenses» para los de Ciudad Rodrigo— y Civitas Augusta se van sucediendo. Como se suceden los pobladores de la ciudad: suevos, visigodos y árabes.

Tras Alfonso I y la Reconquista, pasan unos años en los que existe cierto vacío histórico, hasta que hacia el año 1100, el Conde don Rodrigo González Girón repuebla de nuevo la ciudad y le da el nombre definitivo de Ciudad Rodrigo. Poco a poco, la población crece y se enriquece: con Fernando II de León, en el siglo XII, se fortifica la ciudad y se comienza la catedral. Y a partir del siglo XIII, el rey Sancho IV vinculará la ciudad a la Corona. Esto hará que acuda la nobleza, y levante importantes construcciones.

La época de mayor esplendor es la de los siglos XV y XVI, a la que pertenecen la mayoría de monumentos conservados. Después, debido a la Guerra de Sucesión de Portugal, la de los Austrias y la invasión napoleónica, buena parte de la ciudad será destruida.

De ruta por los monumentos

Ciudad fortificada

El carácter periférico y a la vez fronterizo de Ciudad Rodrigo la dotó de un aspecto eminentemente fortificado. Casi desde el primer momento, la ciudad estuvo amurallada, creciendo sus edificaciones más notables intramuros, conjunto que fue declarado Histórico Artístico en 1944. Por eso, lo primero de lo que hay que hablar es de la muralla. De factura imponente, en algunos tramos alcanza los trece metros de altura. Aún quedan restos del primitivo lienzo mandado levantar en el siglo XII por Fernando II, aunque la mayoría de lo conservado se debe a las reformas del siglo XVIII. Con más de dos kilómetros de perímetro, se puede recorrer en su totalidad. Este paseo por las alturas sirve para contemplar algunos de los monumentos de la ciudad, así como divisar los bellos paisajes naturales que la rodean.

Hoy en día se conservan siete de las ocho puertas que tuvo la ciudad, y de ellas destacan la Puerta del Sol —que permite la salida a la ciudad desde la Plaza Mayor— y la Puerta de Santiago, de acceso por el sur y de origen medieval.

El otro elemento eminentemente militar es el Castillo de Enrique II de Trastamara, con su Torre del Homenaje en el centro del recinto. Situado en la parte más alta, está protegido por una escarpa natural y el amplio foso del río Águeda. Ha sido reconstruido en muchas ocasiones y su lado más antiguo es el del sur, con un marcado carácter medieval.

Sede episcopal

El otro aspecto que define a Ciudad Rodrigo es el gran número de iglesias y conventos que tiene —no en vano, la ciudad es sede episcopal—, a pesar de que muchos de ellos desaparecieron con la Guerra de la Independencia y la Desamortización. Sobre todos ellos destaca la Catedral de Santa María. Construida entre los siglos XII y XIV, con un estilo entre el Románico tardío y el Gótico, es un tesoro que alberga otro tesoro. De su exterior, destaca el Pórtico del Perdón, con esculturas románicas y góticas de gran calidad que han hecho que se le compare con el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela. Lamentablemente, fue utilizada como polvorín y bombardeada por las tropas napoleónicas, viéndose todavía los restos de los impactos de cañón en la piedra.

Destaca también la llamada Puerta de las Cadenas, así como la torre, que fue construida en el siglo XVIII. No menos impresionante es el interior de la catedral, con magníficas bóvedas de crucería y capillas de gran riqueza arquitectónica y ornamental. Podríamos reseñar la maravillosa Capilla Mayor, obra de Rodrigo Gil de Hontañón, las capillas de los Pachecos, la de los Marqueses de Cerralbo, el altar de alabastro… Y, sobre todo, el coro de Rodrigo Alemán, la sillería de madera preparada para que los eclesiásticos se sentaran durante los oficios religiosos. De estilo gótico flamígero, la sillería destaca por la decoración tallada en ella, en la que se combinan figuras religiosas con profanas, populares y satíricas, además de representaciones de flora y fauna diversa.

Otras construcciones religiosas de interés son el Convento de San Francisco, que contaba con diversas capillas de gran valor, pero que desaparecieron con la desamortización, y que hoy se encuentra en un estado de semirruina, la Iglesia de San Andrés, que conserva dos fachadas de su primitivo aspecto románico; la Iglesia de San Pedro-San Isidoro, de estilo románico-mudéjar…

Obra civil

En cuanto al poder civil, está representado por el Ayuntamiento, obra de mediados del siglo XVI, situado en uno de los laterales de la Plaza Mayor. Llama la atención las hermosas galerías de arcos que forman la fachada, enmarcada entre dos torrecillas. La ciudad está poblada de palacios y casas señoriales, gracias al mencionado vínculo que estableció el rey Sancho IV entre la Corona y la ciudad y la consiguiente llegada y asentamiento de familias pertenecientes a la nobleza.

Una de las construcciones más espectaculares es el Palacio de los Castro, con una bellísima fachada plateresca. Asimismo están el Palacio de los Águila, que se encuentra también entre los más grandes de la ciudad, la Casa de los Cueto o del Primer Marqués de Cerralbo, que se encuentra en la Plaza Mayor y cuenta con un interesantísimo friso historiado, y el Palacio de la Marquesa de Cartago, de estilo neogótico y que contrastar con el resto de los de la ciudad. Otras casas de interés dentro del recinto amurallado de la ciudad son la Casa de la Cadena, la Casa del Cañón, el Palacio de Moctezuma (actual casa de la Cultura), la Casa de las Cuatro Calles, la Casa de los Gómez de Silva…

Igualmente, existen otros edificios civiles de cierto interés como son el Hospital de la Pasión, la antigua Audiencia y Cárcel, el acueducto de San Giraldo, del siglo XVI, el Hospicio…

Tres Columnas

Por último, un elemento atípico pero que se ha convertido en el emblema de la ciudad, son las llamadas Tres Columnas. Estas columnas están coronadas por un friso y no se sabe a ciencia cierta cuál es su procedencia y cuál fue su utilidad primera, si formaban parte de un templo o no. Parece más o menos claro que se trata de restos romanos por las inscripciones que conserva. Hoy en día, están situadas a la entrada de la ciudad, como bienvenida a todo aquel que la visita.

Gastronomía en Ciudad Rodrigo

La ciudad es el centro de la zona ganadera de Campo Charro, y eso queda reflejado en toda su gastronomía.

Cerdo, ternera, cordero, cabrito, tostón… forman parte de muchos de los platos propios de la zona. Uno de los productos más típicos es el farinato, que es un embutido del término, hecho de grasa de cerdo, pan migado, pimentón y especias.

Un plato común de la provincia de Salamanca y el norte de Cáceres, es el hornazo, una masa parecida a la del pan, pero con aceite, huevo y algunos ingredientes más, dentro de la cual hay chorizo, lomo, jamón…

La chanfaina es un plato compuesto a base de arroz y la sangre y bofes (pulmones) del cerdo. Como dulces, encontramos el bollo maimón, el repelao, con un sabor similar al mazapán, y las perrunillas.

Feria de teatro de Castilla y León

Ciudad Rodrigo se convierte todos los agostos desde hace 23 años en un lugar para el encuentro, la difusión y la comunicación teatral. En la ciudad salmantina se dan cita las propuestas escénicas más actuales, sin olvidar el legado literario de nuestros antepasados. Y todo para que niños y mayores participen, disfrutando de las funciones, sí, pero también con actividades pensadas para que se involucren en un ambiente teatral sumamente enriquecedor.

La cita escénica anual en Ciudad Rodrigo se reinventa para cumplir las medidas sociosanitarias y de distanciamiento social; sin perder sus señas de identidad. La necesaria adaptación a la nueva realidad no modifica, sin embargo, su propósito fundamental de dinamización del sector de las artes escénicas, especialmente afectado por la paralización de la actividad a causa de la pandemia. La Feria compensará la reducción de un 25 % en el número de compañías participantes con la programación de varias funciones de cada una, celebrará buena parte de sus propuestas en escenarios a cielo abierto y potenciará su apartado ‘online’. El público podrá asistir a 14 estrenos, siempre en aforos reducidos y en recintos que permiten mantener la distancia entre espectadores. 16 grupos de Castilla y León copan prácticamente el 50 % de un cartel en el que están representadas otras 9 comunidades y Portugal.

Este año, la Feria de Teatro de Castilla y León se celebrará del 25 al 29 de agosto, con 33 compañías, menor número de espacios, aforos limitados y más actividades en línea.

Más información en https://www.feriadeteatro.com/feria2020/

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