Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía (c) de Juan P. Fajardo
No hay empastes, no hay braquets, ni carillas, no hay botox, ni silicona, en los discos de Durango14. Y lo que escuchas es perfecto. Esto ocurre desde que sacaran su primer trabajo hace siete u ocho años. Y autenticidad es lo que encontraréis en Gigante Panamericana. Acompañan esa forma de hacer la música a todo lo que les rodea, desde los videoclips hasta las artes, desde las camisetas hasta su indumentaria sobre el escenario. Y es en directo donde esta banda destaca por encima de todas. Ruri Grande, nos habla del presente de la banda.
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No sé qué directo de Durango14 me ha gustado más y esto quizás os molesta que os lo diga, porque evolucionáis. Pero es que yo creo que es una cuestión de calidad, que siempre la habéis tenido… Para vosotros, ¿ha llovido mucho desde 2013?
No, no molesta, para nada. Pero como bien dices, hemos evolucionado y ahora mismo el directo que hacemos es bastante más completo, pues además de proyecciones también hemos incorporado nuevos instrumentos como el hammond o percusiones.
…somos un bicho raro en los tiempos que corren, igual es por ello por lo que nuestro grupo de fans, nos acompañan y arropan con su presencia siempre que pueden.
Sois una banda independiente y tenéis un nutrido número de grupis. ¿Sois conscientes de lo raro que es esto?
Pues sí, somos conscientes, muy conscientes porque además de ser una banda independiente somos una banda instrumental, somos un bicho raro en los tiempos que corren, igual es por ello por lo que nuestro grupo de fans, a los que queremos un montón, nos acompañan y arropan con su presencia siempre que pueden.
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¿Cómo habéis grabado Gigante Panamericana? Me refiero a los medios técnicos, a si otra vez os habéis dedicado a hacer un concierto en un estudio…
Bueno, el disco se ha grabado en los Estudios Gárate, Donosti, bajo la producción de Kaki Arkarazo, y al igual que otras veces, hemos vuelto a grabar en directo y analógico, es decir, tocando todos a la vez y grabando en cinta, como antiguamente. ¡Pero no es hacer un concierto en un estudio y marcharnos a casa! La base de la canción se queda grabada de esa manera, hacemos cuatro o cinco tomas de cada canción y luego nos quedamos con la que creemos que mejor salió. Pero una vez grabado esto, vestimos con más instrumentos si así lo requiere, por ejemplo, en este último disco, hay arreglos de guitarra acústica, guitarra española, banjo, percusiones…
En este álbum hemos seguido conservando nuestro aire western con ritmos disco pero influenciándonos también de la música latina como la cumbia.
Muy «españoles que hacen cosas de españoles» nunca habéis sido, pero esta vez cambiáis de latitudes. ¿Quitan espesura a vuestro surf esos ritmos?
¡Cierto que no somos muy españoles musicalmente hablando!, aunque también compusimos algún que otro tema muy cañí en discos anteriores, como pueden ser «Aracena» o «Villa Paquita». En este álbum hemos seguido conservando nuestro aire western con ritmos disco pero influenciándonos también de la música latina como la cumbia. No creemos haber perdido espesura, más bien al contrario, lo que sí puede ser es que las canciones, junto con la producción del disco, hayan dado un sonido más madurado, más trabajado, menos crudo, por decirlo de alguna manera.
¡Hay un tema cantado! ¡»Adiós Lupita»! Y está teniendo mucho éxito. ¿Puede llegar a cambiar el futuro de la banda? ¿Quizás haréis dos temas cantados?
No, no, «Adiós Lupita» es un tema cantado porque cuando estábamos componiendo vimos que era una canción que se dejaba cantar, es una sensación algo extraña, no sé muy bien cómo explicarlo. Pero surgió así y nos dijimos «¡Hey! ¿por qué no la desarrollamos para que sea cantada y le proponemos a Gabi (de Sexy Zebras) que se la cante?». Así que hicimos una letra, se lo propusimos a Gabi, aceptó, y nosotros encantados. Nos gustó tanto que fue el segundo single del álbum. Además nos parecía algo distinto hacer una canción con letra y voz, era la nota distinta del álbum. Pero esto no significa, ni pretendemos, que haya más temas cantados en un futuro, aunque nunca digas de este agua no beberé.
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«Maracaná»… ahonda en el sonido brasileño de Durango14. Surf y samba… es un artilugio extraño, ¿no?
Pues sí, es un artilugio un poco peculiar, tiene mucha influencia de la samba, pero con sonido y riff duranguer. De hecho se titula así porque la melodía principal era muy samba. Además somos muy futboleros así que, qué mejor título que «Maracaná».
Para mí, «Puerto plata» es un tema que marca como un antes y un ahora de Durango14. No sé si vosotros notáis ahí un punto de inflexión…
No sé, no es el primer tema con influencia latina que hayamos compuesto, surgieron antes otros, pero quizá sea el más rumbero, quizá el más comercial. Es complicado para nosotros verlo como punto de inflexión, esto más bien lo veis mejor desde fuera, alguien externo a la banda, de ahí tan importante la figura del productor musical.
¿Hay película detrás de Gigante Panamericana?
Siempre hemos intentado hacer canciones que sean como pequeñas bandas sonoras para ciertos momentos o episodios de nuestras vidas. Con Gigante Panamericana seguimos esa línea, pero esta vez podríamos decir que sería para una road movie que recorre la carretera Panamericana en un Ford Mustang, realizando paradas en la ruta.
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¿Qué hacemos con la gente que da a reproducción aleatoria?
Nada jajajajaja, lo importante es que reproduzcan el disco al completo, y cuantas más veces, mejor!
Cada canción tiene una imagen, una ilustración asociada. Supongo que es una cosa creativa, pero también un elemento que enriquecerá vuestro merchandising. Que yo nunca he visto a un grupo firmar tantos discos después del concierto…
…¡y nosotros tan contentos de firmarlos! El artwork es obra de Oskar Benas, muy personal y diferente, eso fue lo que nos atrajo de su trabajo. Le encargamos una ilustración para cada canción, 10 canciones 10 ilustraciones, y claro, ahora tenemos un merchandising que ya quisieran muchas bandas reconocidas.
Habladnos del directo… que los años pasan para todos. ¿Seguís siendo pura energía?
¡¡¡Pojclaro!!! Todavía seguimos vivos!!!!
Notas al margen:
Cuando terminaron de grabar el disco, Fuman Joe me pidió que le dijera qué me parecía el disco. Responderle me sirvió para desconectar de un montón de problemas. Sólo debía escuchar el disco y escribir lo que me pareciera. Y esto fue lo que le envié:
Corría el año 2013 y se me metió en la cabeza hacer una fiesta de aniversario de ExPERPENTO. Fuman Joe es el novio de mi amiga Sandrita. Ya lo había entrevistado y no porque fuera el novio de mi amiga Sandrita, sino porque el disco me había parecido un pepinazo. Así que cuando organicé la fiesta con mucha música en directo, pensé en él y le pedí que arrastrara a su banda a tocar en un evento casi familiar. Nos íbamos a juntar unas doscientas personas. Él ni lo pensó. No había pasta de por medio, así que le movió la pasión por mostrar su música. Los que estaban allí fliparon. Y yo flipé porque el disco era un pepinazo, pero aquella banda en directo era de las cosas más bestias y salvajes que había visto en mi vida. Imaginaos: hasta el batería tocaba de pie.
Cuando lanzaron su segundo trabajo, me invitaron a un concierto. Y la reacción de la gente fue la misma. En Madrid existe la mala costumbre de hablar en primera fila al tiempo que los músicos se dejan el pellejo sobre el escenario, y allí no abría el pico ni dios. Al terminar, alguien me preguntó si me gustaba más este o el anterior y yo no supe qué contestar.
¿Me gusta más el flan o la leche frita? Llegó el tercero, con el que cerraban una trilogía. ¿Me gusta más el flan, el arroz con leche o la leche frita? Pues no tengo ni idea. Y por eso, sin escuchar nada, decidí que sí que escribía este texto. Sabía que el cuarto, incluso con la amenaza de un cambio sustancial del sonido con respecto al de la trilogía, me iba a apasionar.
Lo que más me gusta de esta banda es su concepto de calidad, que chorrea a raudales también en este trabajo. Cuando a la revista me llegan discos de grupos con humitos, de esos que claman por la autenticidad en la nota de prensa, en la escucha me dan pinchacitos.
Me falta algo casi siempre y no sé qué es y lo achaco al poco presupuesto. Esto no ocurre con Durango14. Tienen muy claro qué se hace con lo que manejan y dentro de eso, hacen lo mejor. Que no tienen pasta para las pistas, pues se montan un directo en un estudio y lo graban a capón, sin trampa ni cartón. No puedo imaginar las horas de ensayo que requiere algo así, porque les sale niquelado. Lo que escuchas es lo que hay y lo que escuchas es perfecto.
Y acompañan esa forma de hacer la música a todo lo que rodea la banda, desde los videoclips hasta las artes, desde las camisetas promocionales hasta su indumentaria sobre el escenario. Quizás es por eso que cuando vas a más de un concierto, ves que no tienen fans, tienen auténticos grupis a lo Rolling Stones. Como si su elegancia brutal se nos fuera a contagiar solo por disfrutar de un espectáculo que roza lo sexual.
Gigante panamericana reúne 10 temas de puro surf and rock espeso. Es una especie de medio road movie medio western, con letras finales incluidas. Y si no es así, que me corrijan. “Mal parío” es la intro de presentación. La cámara busca a los protagonistas, convertidos en instrumentos, y ellos muestran su sonrisa a la cámara, como en una serie de los ochenta: sonrisa dulce de un bajo, la pícara de los teclados, la sardónica de la guitarra, la sensual de un metal, la tímida la de las percusiones…
Todos, todos nos enseñan los dientes y nos dicen cuál es su papel en la película. Podemos decir que nos lleva a no sé qué desierto de Arizona, pero eso seguro que se os ocurre a vosotros. En “Tigre blanco” los instrumentos se empastan y resulta pura seda para los oídos. Y justo cuando empiezas a pensar, igual tanta seda no me camela, le meten caña y te hacen saber que eso es lo que necesitabas escuchar. Lo de que podría vestir una escena de transición súper importante de Tarantino es una floritura que no viene al caso.
Y llega “Adiós Lupita”, el único tema con letra del disco que no deja de ser puro Durango14. Es un tema golfo y con trazas de humor, con bastante más chicha que “las cucarachas enfadadas que fuman mariguana”, pero en esa línea. El arte que acompaña a “Nube roja” es bastante revelador. Los protagonistas se suben al caballo y se reúnen en una especie de trotar a cinco voces. Lo imagino sobre un escenario y entre dientes susurro: “lo van a petar”.
No me salen referencias para hablar de Durango14, eso me perturba. El título de “Maracaná” nos hace pensar en ritmos brasileños, y resulta que sí que tiene la cadencia de comparsa carnavalesca, pero pasada por el tamiz del sonido crudo de Durango14. Mi duda es si me hubiera dado cuenta con otro título. Lo que sí que hubiera advertido es de que “Maracaná” abre una fase más abierta y experimental del trabajo, como confirma “Porca miseria”, que comienza con la contundencia de una orquesta enorme para jugar con mi memoria musical, guiño al “Rasputín” de los ABBA incluido. En esta, el saxo no suena, canta. Es casi inevitable imaginar escenas de cine con la música que se me cruza, y la apoteosis llega con “Five points”, épica, no se corta en homenajear las canciones de los viejos western con un coro de “ouohs” vocales.
Dejo sonar el octavo tema y paro la escucha para releer lo escrito y tengo la tentación de borrarlo todo y sustituirlo por una única frase: “Escucha el disco, palabrota”. Imagino la reacción de Fuman Joe al recibir el drive y me da una carcajada. Me lo pidió el viernes y estamos a jueves. Continuo. En “Puerto Plata” se evidencia esa búsqueda de nuevos sonidos para darle un aire nuevo a su música. Aquí sí, yo solita, capto una base de baile de salón acelerada, con la firma Durango14 escrita con pulso firme y letra clara. Como siempre. Y me doy cuenta de que han hecho un esfuerzo sublime por salirse del tiesto. Les ha salido genial.
“Los reyes de la edad de piedra” es el tema más rompedor del disco y es la penúltima escala del viaje. Muchos grupos se guardan para este puesto, la canción más atrevida, la que dudan si dejar fuera o incluirla, porque la compusieron medio en broma, jugando con los instrumentos y a ellos les encanta, pero… Podría ser el caso: además de un trabajo musical pulcro, los instrumentos se convierten en voz. El saxo vuelve a cantar y los teclados hacen coros casi humanos. Puedo imaginar como con ella, Durango14 rompe el escenario. Y casi da pena dejar rodar la última. “Malibú” suena a final feliz. Puedes imaginar como los protagonistas, se despiden contentos montados en un Cadillac de colección por una autovía con vistas al mar mientras salen las letras de la película. La canción no termina, se diluye.