Eduardo Aldán: «Espinete no existe»


Entrevista y fotos de David García

Después de dos años de representaciones ininterrumpidas, el polifacético Eduardo Aldán continúa triunfando en el Teatro Gran Vía con la obra Espinete no existe, un espectáculo lleno de comicidad y añoranza de los años 80, que es capaz de provocar tanto la risa como el llanto entre el público asistente. Además, es capaz de compatibilizarlo con la televisión, para «disgusto» de su tiempo libre, donde podemos verle presentando el programa de Cuatro, «Tienes talento».

¿Los años 80 de la Movida o los 80 de Espinete y Comando G, con cuál te quedas?
Sin duda, con los 80 de Espinete, Comando G, Mazinger Z… Yo soy de Portugalete, y el Madrid de la Movida no lo viví.

¿Talento o imaginación?
Bueno, no es incompatible. Hay gente que tiene las dos cosas, o ninguna de las dos.

¿Televisión o teatro?
Pues las dos cosas. Me siento muy a gusto en el teatro, pero la televisión es un gran escaparate de cientos de miles de personas.

¿Espinete o Don Pimpón?
Sin duda, Espinete. Don Pimpón era un plasta y un señor muy pesado. Me caía mal.

¿Cola Cao o Nesquik?
Cola Cao, el Nesquik era para pijos.

En Espinete no existe, ¿hay más de nostalgia o de complejo de Peter Pan?
Yo tengo ese complejo, me siento así. De hecho, estoy viviendo de mi infancia. Disfruto mucho de esa época, y recordar me hace gracia e ilusión.

¿Qué querías ser de mayor? y no me digas que un erizo gigante y rosa…
Siempre he querido ser lo que soy ahora. Mi vocación estaba clara desde muy pequeño. Quería dedicarme al mundo del espectáculo. Mientras los demás jugaban al fútbol, yo hacía marionetas y jugaba al teatro con mis amigos.

¿Y cuál fue la primera figura televisiva que hizo despertar tus «instintos adolescentes»?
Sabrina. Fue un fenómeno para todo el mundo. Todas las portadas de las revistas de la época estaban con las tetas de Sabrina. Fue un despertar de toda una generación, aunque reconozco que yo era fan de Mayra Gómez Kemp. Era la vecina perfecta que a todo el mundo le hubiera gustado tener.

Tu mayor éxito profesional.
Lo que más popularidad me ha dado ha sido «Caiga quien caiga», pero de lo que más contento estoy es de mi paso por el «Un, dos, tres», porque fue cumplir un sueño.

¿Y tu mayor fracaso?
Un programa que dejé a los dos días de empezarlo, porque no me gustaba. Era un magazine, y sentí que no pegaba nada.

Natalia Millán, Miqui Puig o Josep Vicent, ¿quién tiene más talento como jurado?
Yo no suelo coincidir con ellos en las opiniones, porque yo me pongo de parte de los concursantes. Sí me hace mucha gracia Miqui Puig, ya que es todo un artista, un personaje. Me divierte conocerle fuera, y luego verle en el programa, representando ese papel.

¿Y qué actuación te ha sorprendido más de «Tienes talento»?
Hay varias. Una niña que hace contorsiones, y que ha inventado un paso, unos movimientos, que es la «niña del exorcista». Ésa me encantó. Y de los que no han pasado a semifinales, me gustó un hombre que hacía malabares minimalistas. Cogía un lapicero, se lo colocaba en la nariz, y sobre el lapicero, colocaba una moneda de céntimo de euro, y encima una chincheta dando vueltas. Y todo ello, manteniéndolo en equilibrio sobre la punta de la nariz. Y no pasó.

Mago, presentador de televisión, monologuista, actor, guionista, productor… ¿nos vas a sorprender con algo más?
La verdad que ya sólo me queda hacer de stripper en el mundo del espectáculo (risas). Algo que estoy preparando es la creación de un personaje, que nadie sepa que soy yo, y poder hacer lo que me de la gana utilizando la envoltura de ese personaje.

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