FUGA DE CEREBROS


Por Tania Lobato

Dirigida por el debutante Fernando González Molina, «Fuga de cerebros» se trata de una «American Pie» a la española, con mucha caca y mucho semen, no apta para espíritus sensibles.

Desde que tenía cinco años, Emilio (Mario Casas) ha estado enamorado de Natalia (Amaia Salamanca), una niña monísima y rubísima de ojos azules. El problema es que nunca ha podido declararle su amor porque durante los trece años siguientes normalmente alguno de sus múltiples defectos físicos (los braquets, las ortopedias, los sangrados de nariz…) le ha impedido estar lo suficientemente presentable. Por fin, el día que les entregan las notas, se decide a hacerlo; pero una beca inesperada le arrebata a su Natalia para llevársela a Oxford, dejando al pobre de Emilio solo en Madrid. Bueno, solo no… con los gamberros de sus amigos, que deciden agarrar el toro por los cuernos e irse todos en comandita a la prestigiosa universidad inglesa -previa falsificación de expedientes y cartas- para ayudar a su amigo del alma a recuperar el amor su vida. Es entonces cuando empiezan unas aventuras y desventuras protagonizadas por una cuadrilla conformada por un torpe, un ciego, un paralítico, un gitano honrado y un gay con el armario a cuestas y aires de «machito». Sin desperdicio, vaya.

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