Bungie Studios nos trae el nuevo buque insignia de Xbox, la secuela del famoso Halo. El juego, como todos, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero aun así es uno de los grandes. Empezaré enumerando sus puntos flacos.
Rober.- El principal fallo es el doblaje, supuestamente «español neutro». Con todo el respeto por nuestros vecinos suramericanos eso no es neutro ni es nada; es mejicano. Han cambiado totalmente las voces y los acentos con respecto al primer juego y lo han dejado como un capítulo del chavo del ocho. Así, nos encontramos con una localización llena de modismos y de vocabulario que aquí no poseemos. Aparte, los dobladores no han puesto mucho énfasis en su trabajo y las actuaciones son con mucho peores a las del doblaje inglés.
Las animaciones de las escenas cinemáticas van a saltitos, aunque las de los personajes en el juego van perfectas. Otro de los puntos flacos de este juego reside en que es bastante más corto que el anterior y para mi gusto es como Matrix Reloaded, le falta un cartelito que diga que continúa en Halo 3 …
Ahora vienen las cosas buenas, que son muchas. Halo 2 tiene una buena historia. Los gráficos son excelentes, tanto en su diseño como en la iluminación y los efectos. También las criaturas han sufrido un lavado de cara y lucen soberbias. Destacar la estupenda banda sonora que es absolutamente emocionante, me atrevería a decir que es de las mejores que he oído.
En cuanto a la jugabilidad sólo puedo decir que es muy buena: el control es agradable y fácil de usar, los enemigos son bastante inteligentes y , como ya dije antes, la historia te atrapa hasta el final. Para aquellos con alma de marine, el juego incorpora armas nuevas y la posibilidad de jugar con dos. Si bien el juego es bueno, hay que decir que se queda corto. Otra pequeña pega es que los niveles de dificultad son un poco exagerados. Si de entrada te pones a jugar en modo Normal te puedes llevar la manta de tortas de tu vida. En Fácil, es agradable aunque en algunos momentos de Fácil no tenga nada más que el nombre…y en Difícil y Legendario, sinceramente ni me he planteado jugar por el bien de mi sistema nervioso.