Marilia Monzón: [Prenderé una velita]


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Entrevista de Jorge Miranda
Fotografías (c) de Jorge Rico cortesía de Promociones sin fronteras

Venida del programa de música más famoso del país y tras cinco años de incubación, Marilia Monzón reaparece con su álbum Prenderé una velita. Lejos de las luces del espectáculo, Marilia nos deleita con un sonido íntimo, apaciguador y cercano mientras exhibe un control vocal y calidez nunca antes visto. Tras reaparecer de nuevo en nuestras vidas, la cantante canaria prepara una gira por toda España que nos hará descubrir el significado de las raíces y de la familia.

Después de tu aparición en Operación Triunfo, ya estamos hablando de 2018 ¿no? Estuviste en Universal también, realizaste algún sencillo para acabar finalmente en 2023 con un álbum. Cualquiera diría que has decidido tomarte tu tiempo a la hora de preparar el álbum.

No fue fácil tomar esa decisión porque la vida va tan rápido que parece que, de una forma u otra, nos dejamos llevar por su inercia. La gente joven parece que necesitemos que las cosas pasen rápido, y llegar a ese punto de buscar la calma, encontrar la tranquilidad conmigo misma me costó. Pero ahora que miro un poco hacia atrás pienso que menos mal que te hiciste caso, que seguiste un poco tu intuición, y también seguiste consejos de la gente que te rodeaba.

Yo creo que salí muy jovencita de Operación Triunfo. Fue una experiencia muy bonita, pero es verdad que sale de ahí gente muy joven que a lo mejor no tiene las cosas tan claras. Yo necesitaba pensar un poco por dónde quería llevar las riendas de mi proyecto.

Ya han pasado un par de años y aquí estoy presentando mi primer disco. Ha sido un camino muy bonito, con mucho aprendizaje, con muchos altibajos también, con mucho aprendizaje en el que conocí a gente muy linda. Así que prefiero que pase el tiempo que tenga que pasar siempre, porque si va a tener el mismo resultado que este, me da igual esperar 6, 4 o 10 años.

«Ya han pasado un par de años y aquí estoy presentando mi primer disco».

Eres más de calidad sobre cantidad, digamos.

Sí. Creo que la calidad se va adquiriendo con el tiempo. Maduras, encuentras cosas que a lo mejor no van contigo o no te terminan de representar ni como persona ni como artista. Me di cuenta, me costó, pero me di cuenta, y ahora con ese aprendizaje y con todas esas experiencias miro para atrás y sé por los lugares que no me gustaría volver a pasar.

Hablando un poco también de lo que has dicho de como persona y demás, ya sé que a los artistas no les gustan mucho las etiquetas, pero diría que a la hora de hacer tu música te has decantado quizá un poco más por el folk, el folk-pop, una mezcla, digamos.

Creo que en estas canciones y en toda la trayectoria que he ido llevando durante todos estos años, ha estado muy presente mi tierra, mi raíz canaria y, como siempre digo, Canarias y Latinoamérica creo que tienen una conexión muy grande entre ellos. Yo quería buscar la manera de involucrar esas raíces latinoamericanas también con estas raíces mías. Creo que esto es algo que me viene desde mis antepasados y es algo sobre lo que he querido indagar, aprender de ello y poder meterlo en estas canciones. Y creo que se ha conseguido. Además, he tenido la suerte y la fortuna de tener a Nacho Sotelo, que ha dado como el punto perfecto a las canciones, dando como ese color más latinoamericano.

Lo que es raro también porque en Operación Triunfo el folk no digamos que no es un género que se toca demasiado.

Sí. Es verdad que creo que en los últimos años sí que se ha como implantado más este estilo, como más de raíz. Recuerdo que en algunas galas han tocado alguna canción de Natalia Lafourcade.

Al final lo que viví en OT y lo que estoy viviendo ahora no tienen nada que ver. Hace poco volví a la academia a visitar a los concursantes, a estar con ellos, a contarles un poco mi experiencia y presentarles que este primer disco Prender una velita. Y, reflexionando, me di cuenta de que volver a la academia era como una especie de reconciliación con la Marilia que vivió esa etapa, porque creo que todos vivimos una especie de desarraigo con las cosas o con las personas que fuimos en algún momento. De una forma u otra, me hizo conectar de nuevo con esa Marilia adolescente, de 18 años, que vivió esa experiencia al máximo, que se lo pasó increíblemente bien y que conoció a gente maravillosa.

«Es muy bonito deshacer los caminos recorridos».

El álbum tiene un instrumental muy sosegado, es bastante minimalista casi, y te da mucho espacio para dirigir un mensaje al que te escuche. Bueno, ¿qué quieres decir?

Con este disco he querido hablar mucho de mí misma. Al final, yo creo que las canciones cuentan historias que han pasado durante estos últimos años en los que he estado buscando nuevas referencias musicales, indagando un poco en mí misma y en todo lo que me rodeaba, haciendo mucha introspección. Es por eso por lo que hago mucho énfasis en la familia, en el lugar de procedencia y reivindico los lugares donde uno se siente protegido y querido también.

Es muy bonito deshacer los caminos recorridos. Yo, de una forma u otra, deshice el camino que recorrí para venir a Madrid y dejar mi tierra, y eso también ha formado parte de reconciliarme, como decía antes, con esa Marilia que vivía en Canarias y que vivió muchas cosas con su familia, con sus amigas de toda la vida. Y por supuesto, he querido hacer un homenaje y recuerdo eterno a las mujeres de mi vida, que son mi madre, mi abuela, mis tías, mi hermana y mis amigas de toda la vida. Creo que eso también está como muy presente.

El álbum se llama Prenderé una velita, al igual que la primera canción, lo que me parece muy curioso porque realmente la primera canción es de las más diferentes que hay en el álbum. La primera canción tiene sus partes electrónicas tiene como un estribillo que intenta ir fuerte, intenta ser más o menos reivindicativa.

«Prenderé una velita» me parece como una buena carta de presentación. Fue el primer single que salió de este disco y creo que reflejaba muy bien esa nueva etapa. En ella quise mezclar los tintes más folclóricos y mostrar ese mensaje de prender una vela, que a mí me evoca la fe, la esperanza y me recuerda a las mujeres de mi vida. Durante toda mi adolescencia y mi infancia veía a mi abuela, a mi madre prender velas en sinónimo de atraer las cosas buenas y creo que no había mejor carta de presentación tampoco para contar lo que ellas me han inspirado a mí también como persona y como artista.

Lo bonito de este disco es que no he dejado de aprender y una parte de ellas ha sido la parte electrónica que ha venido de la mano de Juanma Latorre, que me ha metido en una parte más diferente al folclore, pero creo que la raíz con lo electrónico se mezcla muy bien y creo que son buenos compañeros.

Es un poco el pasado con el futuro, por así decirlo.

Sí, algo así.

¿De dónde sale esta nostalgia por tus antiguos compañeros y vuestros momentos en «A las niñas»? ¿Una parte de la vida a tus compañeros de Operación Triunfo, viene de antes o viene de los dos?

Yo compuse «A las niñas» pensando en mis amigas de toda la vida, aquellas con las que viví la mayor parte de mi infancia en el cole y en mi adolescencia: las primeras salidas, las primeras discotecas. Todo lo que evoca un poco a ese momento en el que se lleven cosas tan intensas. Y es verdad que también hace referencia a las amigas que me he ido encontrando en el camino aquí en Madrid, y a la etapa de OT. Pero sobre todo va dirigida a esas mujeres que quiero con todo mi corazón y que, a pesar de la distancia y el tiempo que haya pasado, seguimos manteniendo un lazo fuerte entre nosotras. A mí como mujer me enorgullece tener una red de amigas en la que nos apoyamos y nos cuidamos en los momentos en los que más falta hace.

El tema de las raíces es algo que consideras importante porque es un tema que se habla bastante también en «Semilla», la tercera canción. Más o menos lo has explicado ya, pero, ¿por qué es tan importante para ti sentirte conectado con esta herencia común?

A mí se me han quedado un par de consejos durante toda esta etapa que intento no borrar y tenerlos muy presentes. Uno de ellos me lo dio mi abuelo Paco. Siempre me ha dicho mucho que hay que andar con los pies en la tierra. Creo que es una forma muy bonita de mantenerte enraizada con lo que seres y con lo que siempre has sido y lo que te ha hecho crecer y ser la persona que eres hoy en día. Es un consejo que tengo muy presente. Mi primer disco no podía no tener estos tintes tan de la raíz y tan de Canarias y tan de casa.

O sea, que para el primer álbum has buscado definirte lo máximo posible, mostrar quién eres.

Exacto.

Hablando de pies en la tierra, en «Pequeñito» tomas como el papel de madre, de diosa incluso. Cuando escucho la canción es como si me pusiesen una mantita por encima.

«Pequeñito» nace en el momento en el que mi hermana me cuenta que voy a ser tía y esto era una cosa que yo ansiaba con toda mi alma y con todo mi corazón. La verdad es que fue un momento muy bonito, muy emocionante. Recuerdo que me lo contó tal día como hoy y a la semana ya tenía esta canción escrita. Me emociona mucho porque creo que un nuevo ser en la familia trae muchas alegrías y muchas cosas buenas. Y estoy enamorada de mi sobrino Matías, y ahora porque todavía no se entera mucho y no se da cuenta de las cosas, pero ojalá cuando crezca le guste esta canción.

En «Tranquilo mi corazón» haces de guía a las siguientes generaciones.

«Tranquilo mi corazón» habla de una experiencia que tuve justo en pandemia. Yo tuve la suerte de poder pasar esta etapa en casa, volver a mi tierra y dejar Madrid y no pasarla sola. Y creo que esto fue también como volver a casa y a la familia. Esta experiencia que viví fue relacionada con unos chicos inmigrantes que vinieron de Mali. Estuvieron quedándose en mi pueblo, en Galdar, y las historias que ellos me contaban y lo que pude vivir con ellos me inspiró mucho a escribir esta canción.

Veo que el hecho de vivir en las Canarias, que es un sitio como está dentro de España, pero está muy alejado, te hace sentir luego cuando vienes a la península como esa sensación de me estoy yendo muy lejos de casa, quizás.

Totalmente. Creo que esto es un canto también para toda aquella gente que deja su casa para buscar nuevas oportunidades. Y de una forma u otra creo que abraza, ¿no? Esa era un poco la misión.

Luego viene «Selva», y es una canción muy actual porque casi todo el mundo canta este estilo de canción, pero lo haces a tu forma. Es como decir, aquí estoy.

«Selva» es una cumbia. Creo que es una de las canciones más divertidas de este de este disco y la compuse hace mucho tiempo junto a Gonzalo Hermida y Pablo Sejas, que también es mi guitarrista y me ayudó a terminar de cerrar esta canción. Es una canción que en el directo nos lo pasamos muy bien.

Y de hecho, el final de la canción, no sé si debe ser el directo mismo…

Es una fiesta de verdad.

«’Lo que guardo’ es una canción muy especial para mí porque refleja perfectamente las sensaciones que recorría mi cuerpo justo cuando creaba este disco: que no necesitaba parar, que no tenía miedo a frenar porque estaba haciendo lo que sentía».

….

¿Qué tal ha sido colaborar con Juan Manuel Latorre?

Bueno, con Juan Manuel colaboré en «Lo que guardo», que es la penúltima canción. Es una canción muy especial para mí porque refleja perfectamente las sensaciones que recorría mi cuerpo justo cuando creaba este disco: que no necesitaba parar, que no tenía miedo a frenar porque estaba haciendo lo que sentía. No hay nada más honesto que eso, yo creo. Que escucharse, ver en qué posición está cada uno y de qué manera puede ir trabajando e ir desarrollando un poco esa creatividad y ese proyecto. Y ha sido una maravilla colaborar con él en esta canción, tenerlo y trabajar mano a mano en este disco, ya no solo a nivel musical, sino también como persona. Creo que ha sido una pieza fundamental de este disco.

En alguna otra entrevista dijiste que «Bailo conmigo misma» era como la sorpresa del álbum. Es de tus favoritas, quizás la mejor. ¿Qué la hace tan especial?

«Bailo conmigo misma» fue la última canción que compuse de este disco. De hecho, estábamos a las puertas de cerrar el disco y, de repente, surgió esta canción y dijimos: «Tiene que estar aquí dentro». Para mí es una de las más especiales porque también es una de las que sinceramente creo que más me costó escribir. Porque a veces hay que velar con una misma y olvidarse un poco de todo lo demás. Escucharse a uno mismo, sacar lo que uno lleva dentro, seguir su intuición… Y sí, llorar, porque también hace falta llorar y sacar un poco todo lo que uno lleva dentro en forma de lágrimas. Era algo que al principio me costó bastante, pero bueno, de la mano de Raúl Gómez, que es compositor también de esta canción, nos unimos una tarde de septiembre en mi casa y de ahí salió.

Normalmente la gente cuando tiene una idea de un concierto lo asocia a música fuerte, lo mismo muy activa, lo mismo el cantante tiene que bailar en el escenario. Pero tu música no va de eso. ¿Cómo describirías uno de tus conciertos?

Yo creo que eso es lo bonito de la música. Nos permite hacer cosas diferentes en el escenario: bailar, tocar la guitarra o estarse quieto en una silla. No pasa absolutamente nada porque creo que lo bueno de todo esto es que la música predomine más allá de todo lo que pasa en el escenario. Yo tengo muchas ganas de esta gira. Arrancamos aquí en Madrid el 22 de febrero y tengo muchas ganas de demostrar lo que hemos ido preparando a lo largo de estos meses y de pasármelo bien y que la gente se lo pase bien. Eso es lo único que quiero.

¿Dirías que hay algún momento o algún lugar en el que te gustaría que se escuchase este álbum o no lo has hecho pensando en eso?

Yo creo que al final va a ser un disco que se va a ir redescubriendo con el tiempo. Ahora viene mucha promo porque tendremos muchos conciertos. Nos vamos a México y estoy con ganas de todo lo que tenga que llegar.

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