«Midsommar» de Ari Aster


Texto de BiPaul

Película de 2019. Estados Unidos.
Escrita y dirigida por Ari Aster
Con Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper, Ellora Torchia, Archie Madekwe, Vilhelm Blomgren, Julia Ragnarsson, Anna Åström, Anki Larsson, Lars Väringer, Katarina Weidhagen van Hal, Isabelle Grill, Björn Andrésen

Distribuida por https://a24films.com/films/midsommar

De nuevo llegamos a la misma conclusión que en otros muchos artículos publicados en esta revista: es mejor leer las críticas después de ver las películas. Y como en otras ocasiones, si no habéis visto Midsommar, os animamos a dejar este artículo aquí. Y nos vemos luego.

A grandes rasgos, Midsommar, la segunda película del estadounidense Ari Aster, es un film creado en la tradición de Viernes 13: un grupo de jóvenes llegan a un sitio para pasarlo muy bien y son exterminados uno a uno. Aquí la trama se ve condimentada con el asunto de las sectas y los folclores. En Suecia se celebra el solsticio del verano con una floreada fiesta pagana y a eso lo llaman Midsommar (en España hacemos la fiesta de San Juan). Existe la tradición, pero no como la cuenta Ari Aster. Es decir, si en lugar de en Suecia, el director hubiera reparado en nuestro país, los protagonistas habrían ardido en las hogueras.

Dicho lo anterior, la protagonista, Dani, (excelentemente interpretada por Florence Plugh) recibe un correo electrónico preocupante de su hermana, que es bipolar. Llama a su novio, que es un capullo, que planea dejar la relación pero no termina de hacerlo. También descubrimos que sus planes para las vacaciones pasan por ir a Suecia con sus amigos de la universidad.

Acto seguido, nos enteramos de que la hermana de Dani ha matado a sus padres y se ha suicidado. El novio no se ve capaz de dejar a Dani y en cambio, la invita a viajar con él y los amigos a Suecia. Está seguro de que Dani no irá. Pero va. La primera parada será en un pueblo de Hälsingland, donde serán espectadores de una fiesta que tiene lugar cada noventa años en la “comunidad” de los Hårga a la que pertenece Pelle, el alumno de intercambio que los ha invitado a su país.

Los americanos acuden al festival tradicional como los guiris acuden al Fib: con ganas de drogas, sexo y rocanrol. Una vez llegan (tras un interesante plano de cámara), vamos conociendo cosicas de la comunidad, más o menos sórdidas, un tanto extrañas, pero explicables, hasta que vemos cómo dos ancianos, uno de cada sexo, se lanzan desde un acantilado. El hombre sobrevive y los lugareños le revientan el cráneo con un mazo. Y a pesar de esto, Pelle los convence de que es una tradición tan normal como cualquier otra. ¡Y se quedan!

Sensaciones

Midsommar es una película inquietante y graciosa, pero no terrorífica. Y no sabemos si este era el objetivo del director, pero es lo que encontramos cuando no sabemos nada sobre ella y nos ponemos a verla. Me hubiera encantado verla con resaca. El momento más denso desde un punto de vista psicológico, lo tenemos al principio, con la historia de la hermana de Dani y la relación de pareja. No en vano, esos argumentos son la explicación del desenlace del film, que también es flipante.

Me parece que los europeos somos menos inocentes que los norteamericanos viendo películas, así que es posible que a los que hayan visto Midsommar teman viajar a los países nórdicos. En el film encontramos algo de esa inocencia cuando las reacciones de los jóvenes estadounidenses se comparan con las de una parejita inglesa que también ha sido invitada a participar en el rito. Los británicos, tras ver la escena del peñasco, quieren salir por patas y punto. Los otros se dejan convencer, a pesar de que los miembros de su grupo van desapareciendo.

Quizás indique cierto grado de psicopatía de quien escribe reconocer que las escenas más terribles resultan divertidas. O no. De hecho ese es un punto dentro del humor que explotan algunos directores como Álex de la Iglesia, Tarantino o Robert Rodríguez. Cuando la comunidad revienta el cráneo al anciano con todas las articulaciones hechas papilla, o la escena en la que vemos a Christian tener sexo animado por un montón de señoras desnudas, son momentos que provocan una carcajada macabra en este espectador.

 

«Midsommar» vs. «¡Madre!»

Y llegados a este punto me pregunto por qué una película como ¡Madre! de Darren Aronofsky es considerada por la crítica una de las peores de la historia, mientras que de esta dice que es una obra maestra. Conste que no comparamos películas, sino la reacción de la crítica ante propuestas construidas con mimbres emocionales similares.

En las dos, la imagen es espectacular y participa como un personaje. Mientras en la de Aronofsky asistimos a una sucesión oscura de cuadros de Caravaggio, en esta, el rodaje de los exteriores es alucinante: los eventos terribles tienen lugar en un paraje luminoso y bucólico. Y en las dos, la interpretación de las actrices, de Jennifer Lawrence en una y de Florence Plugh en la otra, es impecable, y logra posicionarnos a favor de sus personajes.

En ambas, la tradición religiosa es un vehículo a lo largo del argumento… De hecho, hay post dedicados por completo a analizar la simbología de ambas películas. Te animamos, si ya las habéis visto, a leer el artículo sobre ¡Madre! que publicamos en esta revista y a que busques en google los textos en los que se explica el significado de los nombres de los protagonistas de Midsommar o de las runas que llevan en sus ropajes tradicionales.

En ninguna sabemos qué estamos viendo, aunque Midsommar es bastante más ¿amable? No es el terror lo que las define, sino la inquietud que provocan. Y este es un punto en el que ¡Madre! gana por goleada a Midsommar. La de Aronofsky no da respiro, al punto de convertirse en una experiencia muy desagradable (que en mi caso fue la emoción que me atrapó hasta el final). Así que quizás, esas percepciones de la crítica, tengan que ver con el punto de humor del que ¡Madre! carece y que en Midsommar es fundamental para aliviar al espectador.

Aquí no pensamos que ¡Madre! sea la peor película de la historia ni que Midsommar sea un dechado de genialidades. En todo caso, la recomendación es la misma. No leas antes de verlas y deja que tu opinión fluya. Ambas películas podrían encabezar un listado de films controvertidos. Lo que generan tiene más que ver con tu trabajo y bagaje como espectador que con la calidad de las propuestas, que en ambas es destacada. De ahí el debate y la polémica: o les pones cinco estrellas o les pones una. Por ello, la media de las dos películas es de tres estrellas sobre cinco, dato muy engañoso que da a entender que son pelis del montón. Y no. No son pelis del montón

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