Texto de Anna Savelli
En las Olimpiadas de Munich 72, el mundo permaneció absorto ante sus televisores durante 21 horas. Terroristas palestinos interrumpieron las jornadas deportivas al secuestrar parte de la delegación olímpica israelí.
¿Qué hay detrás de esta historia?, ¿es sólo un acto terrorista?, ¿quién y qué está después? Aquí es donde Spielberg enciende el ojo del film y narra un vengativo plan conocido por los israelíes como «Operación Cólera de Dios», el complot para asesinar más osado y agresivo de la historia moderna.
El protagonista de la historia es un joven agente secreto israelí, Avner. Su superior en el Mosad, Ephraim, dolido y furioso por el salvaje atentado, le propone una misión sin precedentes en la historia de Israel. Le pide que abandone a su esposa embarazada, que olvide su identidad y desaparezca de la faz de la tierra para cazar y matar a los once hombres acusados de planear la matanza de Munich. Avner forma un grupo de cuatro personas, retratadas por Spielberg en toda su humanidad.
Munich transcurre en tres ambientes muy distintos: los sucesos de los Juegos Olímpicos, acaecidos bajo los focos de los medios internacionales; el mundo secreto y sombrío del Mosad y los mundos interiores de los cinco asesinos enfrentándose a las complicaciones psicológicas de una misión sin precedentes. Spielberg nos sumerge en las sensaciones y emociones que están presentes en los actos violentos de extremistas.