Paramales, la nueva fórmula magistral de Xoel López


Entrevista y fotos: Reyes Muñoz de la Sierra

Xoel López es un alquimista que se vale de todos los elementos musicales para crear sus propias fórmulas. En este caso, la pócima se llama “Paramales”. Y más que un objeto musical se convierte en un utensilio espiritual que bien podría ser reseñado en revistas de salud alternativa. Se nutre de todo: lo actual, lo antiguo, lo folclórico, lo clásico, lo local y lo universal y genera algo absolutamente nuevo. Y la sensación es que solo Xoel López conoce las cantidades exactas que debe echar de cada ingrediente para generar bellezas dispares, imposibles de delimitar, de clasificar, de imitar. Tuvimos la oportunidad de hablar con él. Y antes de hablar le sacamos unas fotos. Nos pide que mintamos y que digamos que en el vaso que véis no hay agua, sino orujo… no vayamos a destruir el mito…


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No sé si lo recuerdas… en la segunda entrevista que te hicimos titulamos algo así como Deluxe es Xoel… íbamos perdidos…
Ha llovido mucho desde aquello…

Pero hubiéramos ido igual de perdidos si hubiéramos titulado “Xoel es Xoel”…
Sí, teníais que haber puesto: ¿Quién es Xoel?

En Atlántico hay un concepto a lo largo de todo el disco y Paramales es una montaña rusa…
Es verdad. Y me estoy dando cuenta de eso con las entrevistas. Quien hace el disco, tarda un poco en interiorizar y en entender lo que hizo. Atlántico era un disco muy homogéneo, muy diferente a lo que era el resto de mi carrera y en sí mismo era un concepto. La primera y la última canción estaban dentro de la misma idea. Paramales es más ecléctico, más dispar. Es un poco loco. Encuentras “A serea e o mariñeiro” y junto a ella canciones como “Caracoles” o “Un año más”. Son canciones muy dispares y la producción también es muy de picos. Pasa de cosas más modernas a cosas más folclóricas o clásicas y todo parece que convive. Si es esto para bien o para mal ya no depende de mí. Es algo que cada uno tendrá que sentir, no pensar, más bien sentir.

Igual esta pregunta es muy tonta… ¿Cómo se ordena toda esa disparidad para que al final salga un disco y todos entendamos que es un disco?
La verdad es que eso es algo muy difícil. También es algo muy personal. Hablo del concepto de coherencia o de la idea de química entre las canciones. Yo creo que es algo que sí que hemos conseguido. Todos los implicados lo sentimos así. También es verdad que para otros no será así. Pero es mi fórmula y el resultado es un disco. También tiene que ver un poco con el objetivo de delimitar, aunque es muy difícil utilizar esa palabra con Paramales. Hay una serie de elementos que aparecen en todo el disco: hay sintetizadores, por ejemplo, que conviven con percusiones africanas, iberoamericanas… Yo creo que primero hice un esfuerzo por no delimitarme a mí mismo, por sentirme libre, por romper con prejuicios y derribar o saltar los muros que me iba encontrando y el resultado final, pues funcionó. Pero vaya, yo ni siquiera sabía si eso iba a funcionar, si iba a gustar. Yo probé, lo puse todo ahí, descarté unas cosas y me quedé con otras y parece que finalmente la gente lo está asimilando. Igual no fue tan raro lo que hicimos.

He fardado mucho de entrevista entre mis amigos… les decía: “voy a entrevistar a Xoel López” y me hablaban del disco. Está todo el mundo emocionadísimo…
Es verdad. Está pasando algo muy bonito. La verdad es que no me esperaba tan buena aceptación. Venía de Atlántico, que costó mucho. Fue un disco que caló hondo, pero que llevó mucho tiempo, que entró muy poco a poco, concierto a concierto. Y sin embargo, Paramales… parece que se ha encontrado con las puertas abiertas.

Cuando pregunto a músicos por su momento actual todos me dicen que no pueden parar, por temor al olvido o algo así. Tú paraste…
Pero es verdad que me costó retomar mi carrera. Como te decía, Atlántico costó y ahora noto que estoy más activo, porque Paramales ha entrado como un tren que ya estaba en marcha. Los años esos de antes de Atlántico me pasaron factura profesional, artísticamente fue todo lo contrario. En cuanto a número de seguidores, cantidad de conciertos y demás, sí que me pasaron factura. No es que no pudiera parar. Paré, pero a costa del esfuerzo extra que vino después.

Pero entre Paramales y Atlántico te has tomado un buen tiempo… tres años, creo…
Casi tres años, sí. Pero es que me planteé tomarme las cosas con calma. Con Deluxe casi iba a disco por año. Me propuse que, aunque tuviera ya muchas canciones, como ocurrió con Atlántico y también con Paramales, debía reposarlas. Quería poder trabajar bien esas canciones, darles una segunda, tercera oportunidad, probar cosas, poder recular o ir más allá. Yo creo que es importante sentir los discos con tranquilidad. Me planteé cocinarlos a fuego lento y poder degustarlos de forma reposada.

Y de esa degustación surgirán muchos de los sonidos que encontramos en Paramales. Lo pensaba antes… hay algunas bases, algunos coros, que si los intenta meter cualquier otro, en lugar de Paramales obtiene un churro épico. ¿Eso es valentía?
Hay atrevimiento, sí. Es verdad que desde hace unos años, trabajo sin red. No trabajo con referencias directas. Yo mismo, hace una década tenía mis referencias muy claras. Hacía la música que se hacía en aquel momento. Ahora, sin embargo, es verdad que cuando me pongo a hacer un disco, no sé a qué estilo acogerme, no tengo referencias y como no las tengo, me las invento. A eso me refiero cuando digo que trabajo sin red. Si esto gusta o resulta que es una mierda, pues va a ser una cagada y ya está. Pero tengo que hacerlo. Hay que tirarse a la piscina y ya se verá si hay agua o no hay agua. Por lo menos, en este momento de mi vida o de mi carrera, creo que sí, que es una época para arriesgarme. Vendrán épocas a lo mejor más conservadoras, más aburridas, o todo lo contrario, no lo sé. Pero a día de hoy, en este caso concretamente, si me preguntas en qué momento de mi carrera estoy, creo que es el momento probablemente más creativo.

Vi un concierto de Atlántico y pensé… menudo equipazo tiene. Y al escuchar este disco, he tenido la misma sensación. Con profesionales así en tu entorno, ¿es más fácil imaginar o ser creativo?
Sin duda. Trabajé con gente muy profesional en los últimos trabajos… y también en los años de Deluxe, que todo hay que decirlo. La gente con la que trabajaba en Deluxe tocaba muy bien, en otro estilo. La banda que llevo ahora, y la gente con la que colaboré en el disco son profesionales que yo seleccioné personalmente porque tienen unas capacidades y una musicalidad excepcionales. Prácticamente todos los que me acompañan, es gente que compone, que canta, que toca varios instrumentos, que incluso produce o tiene su propio proyecto, que tiene su propio estudio… y todo eso se nota. Es gente que va más allá de tocar una percusión o una guitarra, que tiene un concepto global, mucha musicalidad.

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“Patagonia” y “Sol de agua” son canciones que tocan la fibra. Hay que ser de madera para no emocionarse…
Seguro que habrá quien no se emocione con ellas…

Bueno, más bien habrá quien no las escuche… ¿Son esas tus preferidas?
“Patagonia” sí. “Sol de agua”… también es de mis favoritas. Pero bueno, esto va cambiando porque a mí mismo me pasa que voy redescubriendo algunas y me voy enfadando con otras. Es algo muy circunstancial. Tiene que ver con el momento en el que la escribí y la actualidad y con que la toqué mucho, mucho. Con “Patagonia” todavía no me ha pasado, pero si me da por tocarla en acústico, en las radios, cada dos horas, al cabo de un mes digo, pues sí, era mi favorita, pero ahora mismo estoy hasta arriba de ella. En mi caso es algo muy circunstancial, muy subjetivo, que tiene que ver con mi carrera, por el hecho de dedicarme a la música profesionalmente. Pero a día de hoy, sí que te puedo decir que “Patagonia” es la canción en la que me he expresado mejor, he dejado más esencia de mí y de mi forma de ver la vida, y es la que mejor me representa. A lo mejor, dentro de cinco años es otra.
Con “Sol de agua” me apetecía hacer una conexión con el momento actual. No lo parece, pero “Sol de agua” es una canción sociopolítica, pero está enmascarada en esas metáforas de los poetas de los que he bebido siempre, de españoles e iberoamericanos de principios del siglo pasado. En “Sol de agua” encuentras esa poética de las ramas, de las flores, de la luna…

“Todo lo que merezcas”… muy espectacular y con un ramalazo de mala leche importante…
Sí, es algo nuevo para mí. Nunca había escrito con esa mala hostia y le di un poco de rienda suelta porque me apetecía. Me apetecía dejarme llevar por ese lado del que me siento menos orgulloso y no creo que me represente moralmente. Pero sí es una canción que tenía que hacer. Tenía ganas, me salió y me dejé llevar. Bueno, no creo que pase nada por escribir algo políticamente incorrecto.

He leído que a la gente le recuerda a Queen y yo sin embargo pensé en Chavela Vargas… Queen y Chavela Vargas no tienen nada que ver…
Lo de Queen lo dicen por el solo de guitarra. Con lo de Chavela Vargas estoy totalmente de acuerdo. Me encanta. Ese despecho de la cultura mexicana, de las rancheras, de algunos boleros sí que aparece en la canción. Y de hecho creo que me influyó, que me sirvió para colocarme en ese lugar mental. Y en ese estado escribí la letra. Sí, yo creo que se puede hablar más de Chavela Vargas que de Queen, aunque está esa guitarra que de repente te sitúa en el glam. Eso es Paramales, eso es en lo que estoy, en la mezcla absoluta. Es un disco de fusión, creo.

¿De quién hablas en “Antídoto”? Es que hay quien me dice que cree que en esta y en “Yo vi un hombre desaparecer” hablas de ti mismo.
Dicen que uno siempre habla de sí mismo. Es muy difícil saber de quién hablo en cada tema. No lo tengo nada claro. “Yo vi un hombre desaparecer” es una canción que escribí pensando que se la dedicaba a alguien y en realidad creo que me la escribí a mí mismo. En el caso de “Antídoto” puede ser que se haya dado la misma circunstancia, pero por el momento no sé qué decirte. “Antídoto” es una canción que habla del poder de la música, sobre la capacidad que tiene para resolver problemas. Es algo a lo que te puedes agarrar en cualquier momento… me puedes hacer daño, puedes hacerme lo que quieras, pero nunca podrás hundir el barco porque yo tengo esta canción… Y esta canción representa la música en el sentido amplio de la palabra. Hablo de lo que representa la música para los que nos gusta la música, la música es muy poderosa.

“La casa hace ruido cuando no estás”… dices que Paramales es fusión… pues ahí está la muestra… un gallego en clave flamenca…
Sí, es que hay un pequeño homenaje a Lole y Manuel. La intro es un homenaje muy claro, no hay ninguna intención de enmascararlo. Luego la canción tiene más que ver con la música hispanoamericana, incluso yo le encuentro un toque afrancesado. Es un dueto que podía haberse grabado en Francia, en el año 68 y no hubiera desentonado.

El segundo tema del disco es pop con toque Xoel López ¿no?
«Yo solo quería que me llevaras a bailar» es la más pop, la más fresca. Es la más simple, incluso. No nació así, la hice más acústica y luego me la llevé ahí para compensar toda la seriedad del disco, para contrarrestar la carga de profundidad que tiene. Es una canción luminosa. Es pop, pero también tiene algo de soul, de funky… pero todo hecho a mi manera.

¿Los conciertos dependen del escenario? Es que no sé si puedo imaginarme varios shows de Paramales, me parece que algo titánico…
Ahora mismo me enfrento a diferentes situaciones. Voy a hacer varios conciertos yo solo, en acústico. Luego tenemos varios conciertos con toda la banda, como el que hicimos en Joy Eslava hace unos días. Luego hay un repertorio para festivales, que repasa mi carrera, es más variado porque ahí viene gente que no me ha visto nunca, que no sabe nada de mí, y quiero que se lleven una visión panorámica. Aunque en los otros conciertos también incluiré temas anteriores… me apetece hacerlo también en los conciertos en los que la gente acude para verme a mí. Me gusta. Estos son los formatos que convivirán a lo largo de este año y seguramente, en parte del año que viene.

¿Qué tal fue en Argentina?
Fue una experiencia muy sana. Me encontré con un país que me enseñó mucho. Aprendí muchas cosas y me encontré a mucha gente muy buena, muy profunda. En toda América Latina encontré gente muy generosa, y creo que en España también podemos fardar de eso. Me acogieron muy bien, me trataron con mucha hospitalidad y me traje todas esas experiencias. Es una parte muy importante de mi vida y siento que Argentina también es mi sitio. Ahora estoy en Madrid, pero creo que iré allí constantemente, igual que a Galicia.

Te fuiste en el cénit de Deluxe, que coincidió con el inicio de la crisis… los músicos, los actores, se quejan de financiar a los ayuntamientos. En lugar de cobrar cuando están vendidas las entradas han de esperar 120 días…
Es verdad, tienen razón. No lo había pensado…

¿Tú estás seguro de que quieres volver a España?
Bueno, es una gran pregunta… Por suerte, porque debe de ser muy doloroso, yo no me fui por una cuestión económica, ni he vuelto por eso. Si nadie previó entonces el declive de la economía española, yo tampoco, claro. Si hubiera tenido esa ambición económica, me debería haber quedado, porque cuando me fui, como dices, Deluxe estaba en su mejor momento. Pero era una cuestión vital, muy personal. Tenía ambiciones, pero creativas. Quería explorar mundo, conocer gente, enriquecerme y mejorar como persona, quería descubrir otras formas de entender la realidad. También deseaba ver en perspectiva todo lo que había hecho en España. Yo creo que fue una etapa muy bonita de mi vida, pero en el momento que sentí que era ya suficiente, decidí volver a España, a Madrid, a la ciudad en la que había vivido desde los 20 años y a Galicia, a A Coruña, concretamente, donde me había criado, donde crecí. No tengo intención de marcharme ahora mismo. Aunque aquí nos lo pongan muy difícil, me quedo, a ver qué pasa.

Más información en: http://www.xoel.com/

Adelanto de la entrevista realizada a Xoel López en Picnic (Madrid) el 11 de junio de 2015:

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