Descargar ExPERPENTO 99 / Visualizar ExPERPENTO 99
Entrevista de Covadonga Carrasco
Fotografías de Carol Sánchez, cortesía de Promociones sin fronteras
Si hay algo que define a Vetusta Morla es su capacidad de reinvención y su constante búsqueda de nuevas maneras de expresión. Su forma de entender la música y de hacer poesía con ella, les ha llevado a experimentar con sus propios temas. Consiguen, como siempre, un resultado redondo.
Con Juanma charlamos sobre El mismo sitio, distinto lugar en 2017. Ahora hablamos con David, El Indio, que nos ha contado cuál ha sido el viaje hasta llegar a MSDL, Canciones dentro de canciones.
¿Podríamos decir “Mismas letras, distinta intensidad”?
Es una forma de decirlo, mismas canciones, distinto formato. Desde luego, es una reinterpretación y, por tanto, da lugar a muchos juegos de palabras y metáforas que describen qué es lo que hemos hecho.
Podemos hablar también de las muñecas rusas, una canción que tiene muchas muñecas, muchas capitas o muchas canciones dentro.
Al fin y al cabo, queremos demostrar que para nosotros, las canciones y la música tienen una plasticidad que hacen que puedas inventarte nuevas canciones con algo que ya existe.
A mí me gusta mucho la metáfora de desnudar las canciones y vestirlas con otra ropa diferente.
El ejercicio artístico que hemos hecho con este disco, el camino que sigues cuando compones una canción, el que tienes que elegir, si vas por un lado o por otro. En algunos de los temas ha sido volver a un punto de inicio en el que, en un primer momento, se decidió ir a un sitio y ahora se vuelve para continuar por otro. Eso también es muy interesante.
Al fin y al cabo, queremos demostrar que para nosotros, las canciones y la música tienen una plasticidad que hacen que puedas inventarte nuevas canciones con algo que ya existe. Darle otro enfoque y convertirlas en algo diferente.
Es una apuesta arriesgada, no son versiones, es cierto que son canciones distintas con la misma letra. Para los que estamos al otro lado, resulta perturbador. Como si el que escucha, tuviese que realizar un ejercicio de desapego…
Sí, sí, eso por parte del público también es interesante, es un nuevo punto de vista.
Realmente, eso es lo que nosotros hemos hecho durante toda nuestra carrera, desde que el grupo funciona. Cuando teníamos que hacer actuaciones en algunos espacios a los que no podíamos acudir con toda la artillería: amplificadores, guitarras, etc., había que actuar con un formato mucho más sencillo. No queríamos quedarnos en una simple adaptación de las canciones al formato acústico, nos gustaba echar un rato más con cada una de las canciones, dedicarles tiempo, y probar con ese formato instrumental, ver si surgía de pronto algo, otra cosa.
Eso, que siempre nos gustó, nos ha tocado hacerlo con los últimos discos y pensábamos muchas veces: “Estaría bien grabar estas canciones”. Así que surgió la oportunidad con ese concierto de hace dos años en el que trabajamos el repertorio del disco entero. Le dimos la vuelta, y dijimos: “Vamos a aprovechar que hemos hecho ese trabajo, lo grabamos en un disco y ofrecemos esta otra cara de Vetusta que no tiene nada que ver, que no es tan intensa, tan eléctrica, tan enérgica, tan fuerte y mostramos una imagen más contemplativa, donde lo vocal y las melodías también se aprecian incluso más, donde las texturas y lo paisajístico también salen realzados”. Y por eso lo hicimos.
En la primera escucha cuesta no separarse de las canciones de Mismo sitio distinto lugar, es cierto que, ya en la segunda, comienzas a sentirlas como nuevas.
En algunos de los temas, se percibe una relajación total, menos rabia, menos dureza —depende de los temas, también es cierto— supongo, que tiene que ver con el sonido, pero… a veces os imaginaba tocando las canciones en una hamaca, muy relajados. Como si os hubieseis quitado un peso de encima.
Es que somos una banda de rock, la intensidad, la energía… están presentes. Sin embargo, efectivamente en este disco, esa carga no está tan presente, sin que falte la intensidad en algunos momentos, claro. Pero no de la misma manera.
Es una forma de educar al público en el riesgo: “Oye no os quedéis solo con los clichés establecidos, espabilad un poco, explorad, disfrutad de otras experiencias”…
Sí, probablemente. Otra cosa es que la gente entienda esto que estás diciendo y que le guste, claro. Y sobre todo que lo disfrute, que era uno de los objetivos también de la gira que íbamos a hacer y que se ha quedado a medias.
En este caso, todo el público estaba sentado, hemos hecho un montaje escenográfico súper, súper interesante, que tiene que ver con lo teatral, con las artes escénicas, actores haciendo intervenciones en el escenario. Es otro concepto, es totalmente distinto. Nos gusta mucho curiosear y ya que tenemos la suerte de poder hacerlo, nos apetecía mucho probar estas cosas y llevar al público, si les apetecía, venirse con nosotros de viaje, de paseo, para descubrir nuevos paisajes.
Es la manera de sentirte siempre activo, aprendiendo, mejorando cosas, de no quedarte estancado, ni hacer siempre lo mismo.
Esa es probablemente otra de vuestras señas de identidad. Por norma general, la gente va a un concierto a escuchar al grupo en directo y no espera mucho más. Con vosotros es muy diferente, nueva gira y no solo se espera de qué manera van a sonar las canciones sino qué más nos vais a ofrecer. Tenéis una forma de entender lo “artístico” muy diferente a la de otros grupos.
En general, la banda piensa un poco como tú estás diciendo. Para nosotros cada disco, cada gira, es un reto. Algo emocionante, no agobiante. Solemos inventarnos algo nuevo, acorde con nuestra personalidad. Queremos ofertar algo especial, con lo que nosotros aprendemos también. Se crea algo especial con el público y nos gusta que este sea capaz de apreciarlo.
Siempre me acuerdo de mi madre, ella es pintora, y cada vez que tiene que trabajar en nuevas exposiciones, entra en nuevo proceso artístico y comienza a probar nuevas técnicas, nuevas formas. Recuerdo perfectamente que de pequeño la vi trabajar en una ocasión con graffiti. Ella es más de pintura clásica de lienzo y óleo. Y se me quedó dentro, me pareció algo guay. Es la manera de sentirte siempre activo, aprendiendo, mejorando cosas, de no quedarte estancado, ni hacer siempre lo mismo.
A ver, hay mucha gente a la que le gusta y está cómoda con lo que les funciona, sin moverse. Lo respeto, por supuesto, pero no es nuestro caso. Nos gusta más investigar, probar y, sobre todo, aprender.
Habéis tenido, en los últimos años, giras por países muy diferentes, desde Alemania hasta México, no sé si os habéis planteado cómo iban a recibir “MSDL, canciones dentro de canciones” porque cada público en cada rincón del mundo, entiendo que es muy distinto.
Eso no lo hemos llegado a pensar porque este disco, bueno, la gira, sí que es cierto que estaba pensada para ser una gira corta, algo especial y único que íbamos a hacer a lo largo de este primer semestre de 2020, solo a nivel nacional. No pretendíamos nada más. Pero tampoco solemos diferenciar el público, trabajamos la música de una manera y la ofrecemos tal cual, igual que cualquier artista internacional que ofrece su música del mismo modo a todo el mundo.
Creo que es bueno porque la música se habla de manera universal, aunque a veces se cante en un idioma que no conoces. Vamos a los conciertos los primeros porque nos gusta la música, aunque no entendamos lo que se dice.
Hay que pararse y pensar en cómo convertir esto, hacer nuestra música y exponerla a los demás, a través de una pantalla. Pero claro, tiene que ser de tal forma que a nosotros nos rente. Necesitamos monetizarlo.
Durante este encierro, siempre he pensado que la cultura, quizá no se respeta porque no cuesta. Es decir, los artistas habéis puesto a disposición del público vuestro trabajo de forma completamente gratuita. Quizá, eso, sea uno de los principales problemas, vosotros mismos no le dais un valor material.
Efectivamente, pero este debate no es nuevo. Los músicos vivimos sobre todo de tocar en directo, de tal manera que estos contenidos gratuitos que han surgido en esta nueva era digital, sobre todo en redes sociales, eran cosas complementarias. No quitaban mucho a la actividad principal, no solamente laboral, sino también económica, que era tocar en directo. ¿Qué pasa? Pues que, claro, ahora que eso ha desaparecido por completo y solo ha quedado la música emitida y hecha en las redes sociales. Lo que se ha hecho, como tú dices, es alimentar al monstruo de la publicidad y el big data.
Hay que pararse y pensar en cómo convertir esto, hacer nuestra música y exponerla a los demás, a través de una pantalla. Pero claro, tiene que ser de tal forma que a nosotros nos rente. Necesitamos monetizarlo. Es importante hacer un cambio de pensamiento o la cosa no puede seguir hacia delante. Si no podemos actuar en directo y estamos haciendo cosas gratuitas en redes sociales…
Supongo que tiene que ver mucho con la educación. Cuando aparecieron las plataformas de pago como Netflix, al principio no era algo especialmente popular. Sin embargo, ahora la gran mayoría de la gente está suscrita. Las plataformas de música, al contar con su versión gratuita, son otra historia.
Exacto. De todas formas, el hecho de que tú me hayas preguntado esto y que justo en una entrevista que he tenido antes con un periodista mexicano, me haya hecho la misma pregunta y que llevemos todos, varios días, hablando de lo mismo, da pistas de que es una ola de pensamiento que va a hacer que se cambie y nos pueda, de alguna manera, resultar rentable a los músicos.
A los procesos creativos no se les da ningún valor y llevan mucho trabajo detrás. Curiosamente, el arte, en cualquiera de sus versiones, nos ha salvado durante la cuarentena.
Sí, los músicos han estado muy rápidos a la hora de decir “estamos aquí, queremos compartir nuestra música con vosotros”. Pero no hemos pensado en la duración que podría tener todo esto, que es algo lógico, por otro lado. Pero ahora que hemos tomado conciencia de ello, hay que ver de qué forma lo hacemos. Si no vamos a poder hacer conciertos en directo y los tenemos que hacer online de pago, pues a lo mejor es la manera, no ofrecer cosas gratuitas en las redes sociales.
Sí, hay que educar al público en eso, tienes razón.
Decías antes que la gira que teníais planteada iba a ser cortita, con la nueva situación —que no “nueva normalidad”—, ¿tenéis pensado retomarla en algún momento o vais a descansar?
Sí, hemos tenido que posponer todo. Algunas cosas se cancelaron y no se han podido reagendar. La gira que dejamos a medias, se ha trasladado a septiembre y octubre. En principio todo sigue en marcha, a no ser que surjan nuevas normativas que establezcan que no es viable y tengamos que cancelar. Otras cosas las hemos pospuesto a 2021, ahí están y las cumpliremos. A medida que vayan surgiendo los acontecimientos, iremos adaptándonos a ellos. No podemos hacer otra cosa.
Todo este tiempo confinados, no sé si os ha servido para darle vueltas a nuevos proyectos. Es obvio que habéis seguido trabajando, muestra de ello son «Los abrazos prohibidos», pero ¿hay algo más?
Un poco de todo. A nivel personal a mí sí me ha servido para ahondar en otras cosas y otros proyectos al margen de Vetusta, no solo como músico, sino también como melómano. Me gustan mucho los discos, llevo muchos años coleccionando. Hice un par de discos recopilatorios hace un tiempo y estoy preparando otros. Claro que te planteas cosas, pero no creas que demasiadas, la situación en sí te deja un poco noqueado y al principio sobre todo, sí que ha sido un poco, “uauh”, cómo nos sentimos, no podemos salir, cómo está mi familia… Yo que tengo dos hijas, me he tenido que convertir en profesor, dedicarle mucho tiempo a eso y a la casa. Y bueno, ha habido tiempo para todo, para concentrarme en otras cosas que en otro momento ha resultado imposible.
Y como banda claro, ahora volver a vernos y preguntarnos cómo estamos, qué pasa, qué hacemos… ¿Seguimos con todo tal cual? ¿Qué tenemos pensado para el próximo disco? Pero creo que este debate se ha generado más a posteriori.
El último disco «Mismo sitio, distinto lugar», hablaba mucho de nosotros y de cosas nuestras. En él buscábamos esto que te decía, esos puntos en común para ver la parte positiva y para seguir trabajando en cosas, aunque nuestras vidas por separado, cambien, cambien mucho.
Mismo sitio, distinto lugar me dejó alguna que otra inquietud, incluso los conciertos de la gira. Con la salida de Canciones dentro de canciones, esa inquietud se ha intensificado… Me suena a despedida, un poco el Abbey Road o Let it be de los Beatles.
A ver… Nosotros somos seis personas que llevan haciendo música juntos 20 años, no, 22 ya. Sin contar los años que algunos de nosotros llevábamos ya trabajando antes, más los años que hace que nos conocíamos, algunos desde el colegio… Tenemos una relación casi familiar, matrimonial… No sé cómo explicarlo. Y bueno, las relaciones pasan por altibajos, por supuesto. Además es un trabajo con una exposición pública y mediática muy fuerte, que lógicamente afecta a las personas.
Además, van pasando los años, nos vamos haciendo mayores, la vida va cambiando, la forma de pensar también evoluciona y hay que ir buscando los puntos que nos conectan, que nos enganchan, porque seguimos creyendo en nuestro proyecto y en esta historia que tenemos juntos desde hace tantos años.
Ten en cuenta que, durante un tiempo, éramos un grupo de amigos que hacía música en un local y poco más. El último disco Mismo sitio, distinto lugar, hablaba mucho de nosotros y de cosas nuestras. En él buscábamos esto que te decía, esos puntos en común para ver la parte positiva y para seguir trabajando en cosas, aunque nuestras vidas por separado, cambien, cambien mucho.
No debe ser sencillo, tantas personas, cada una diferente, con tantos momentos creativos diversos, en diferentes puntos a nivel individual y, sin embargo, seguir poniendo infinidad de cosas en común para seguir avanzando, sin bajar el listón en ningún momento… El trabajo personal ha debido de ser titánico.
Somos un grupo humano en el que hay que tener mucha paciencia, quererse mucho, comprenderse, compartir un montón y encontrar esos cabos que nos unen.
Más información: https://www.vetustamorla.com/
—