Entrevista de R. Muñoz
Fotografía cortesía de Arcadio Falcón
Si hacéis una búsqueda rápida de Arcadio Falcón en Google, os encontraréis que todos incidimos en los mismo: que si con nueve años ya tocaba la guitarra, que si con diecisiete años aterrizó en la Berklee College of Music de Boston, que si tuvo una banda en los Estados Unidos (Falcon’s Bandits) con la que tocó en el Hard Rock Café, Cantab Lounge, Midway Café y el Club Bohemia… Todo ello viste de leyenda a una especie de niño prodigio del que se espera mucho o nos defraudará. Y no.
En ExVita, el estudio de ExPERPENTO, todo eso quedó a un lado. Más allá de la epopeya, lo que encontramos fue a un joven músico con muchas ganas de investigar en sus raíces (tocó “She belongs to me” de Bob Dylan), para hacer algo nuevo (representado en “Mad Bos”, el single de su disco Millenials, tiranos and others stories).
Quedó más que demostrada su maestría para la guitarra y descubrimos algo que él no puede publicitar por modestia: tiene una gran voz que empasta como arcilla fresca con el estilo en el que se mueve. Es un tipo elegante. Así que quizás, no se trata de que esperemos algo de él, sino de que él encuentre un público capaz de valorar lo que hace y cómo lo hace.
En el vídeo encontraréis la actuación de Arcadio Falcón en ExVita y debajo, lo que estuvimos hablando tras su actuación.
Una pregunta obligada es la del título del disco…
Millenials, tiranos and other stories… Efectivamente, así se llama el disco. Creo que recoge dos cosas que me dan mucho miedo. Primero, los tiranos que nos gobiernan en la sombra y el disco está dedicado a ellos. La idea también se ve en la portada, que es chocante, con los tres hombres colgando. Y lo de los millennials… Bueno, pues es que veo que se van a tomar decisiones muy importantes, en este siglo, en el planeta Tierra… y qué te voy a decir… yo a mi generación no la veo preparada para lo que viene.
«Antes incluso de llegar a Sabina o a Aute y a todas esas cosas, había pasado por Simon, Clapton, Dylan… Yo empecé por ahí»
Que sea un título en dos idiomas, también tiene una intención, ¿no? Dentro, en el disco, vamos a encontrar canciones en castellano, en inglés e incluso en gallego.
En gallego, sí. Tenemos una en gallego, “Vida”, que no es mía. Es una versión que he hecho de una canción de Guadi Galego, que es cantautora y bueno, es una artista extraordinaria gallega. La mayor parte del disco es en inglés y en español. Mis primeras canciones las escribí en inglés, porque es la música con la que crecí. Antes incluso de llegar a Sabina o a Aute y a todas esas cosas, había pasado por Simon, Clapton, Dylan… Yo empecé por ahí.
¿Y el salto al castellano?
El salto al castellano fue mucho más complicado de lo que yo pensaba, seguro. Porque me costó mucho poder decir lo que había conseguido decir en inglés. En inglés, cuando tenía una idea, más o menos salía, me costaba menos tiempo que en castellano. Es bastante curioso… No sé por qué será… Supongo que todo es un entrenamiento, seguro.
Los idiomas tienen distintas sonoridades.
Sí, sí, yo creo que el inglés… La gente dice: «es un idioma mucho más sencillo que el castellano, que no sé qué». Yo creo que están equivocados. Y Borges lo pensaba también. Descubrí hace poco que Borges también pensaba que el inglés, para poesía y todo eso, es mucho más efectivo que el castellano. Yo creo que hay algo de razón.
«Todas las canciones van un poco hacia la misma dirección: una especie de crítica social no sutil a lo que no vemos, pero está pasando».
Entre tema y tema, pese al tema de la sonoridad del idioma, sí que hay puntos en común… Hay una línea en el disco. ¿Tú sabes cuál es?
La instrumentación del disco, más o menos y entre comillas, es estándar. Es una banda de rock y en algunas canciones añadimos coros, sección de vientos y hasta ahí. Luego hay alguna canción que sí, que se aleja un poco de esa instrumentación: hay una en concreto en la que utilizamos contrabajo, una guitarra pedal steel y sí que se va un poco del disco… Pero en la música, en general, sí que seguimos una línea parecida: la línea del rock clásico, del folk rock… esos estilos.
Ahora, yo creo que lo que une todas las canciones es que, en el fondo, la temática está conectada. Todas las canciones van un poco hacia la misma dirección: una especie de crítica social no sutil a lo que no vemos, pero está pasando.
Hay líneas que unen pero la sensación es que son temas muy diferentes. De primeras lo achaqué al asunto del idioma, pero quizás hay más chicha ahí…
Sí que me han dicho varias personas, aunque yo no lo noto, lo reconozco, que canto muy diferente en inglés y en español. Lo vamos a ver con el concierto. He hecho una canción en inglés de Dylan y otra en español mía. Vamos a ver qué piensa la audiencia… Yo eso no lo noto. Sí que es cierto que lo que quiero escribir, cuando pienso en música en español, me suena a una cosa, y cuando estoy haciéndolo en inglés, me suena a otra. Aunque en el fondo son los mismos estilos.
Para ser millennial… tus referencias son viejunas…
Sí, son viejunas totalmente. Mis amigos se reían de mí en el colegio. Me decían que si venía del siglo pasado. Lo que te decía antes… he crecido con influencias que incluso me sitúan más atrás de Clapton o Mark Knopfler… cuando yo empecé a tocar la guitarra, me llamaba sobre todo el blues de los años 20, de los años 30… Robert Johnson, BB King… todo eso es lo que me ha llamado desde pequeño. Ahora estoy empezando a modernizarse… Bueno, no, no es verdad. Empecé antes, estoy más actualizado desde los 19 o los 20. Pero hasta hace poco no había escuchado otra cosa que no fuera anterior al año 80.
A día de hoy ¿con qué te quedas? Las colaboraciones en tu disco son de representantes de bandas muy del presente.
Pues de toda la gente que colabora en el disco es complicado quedarse con uno. Sí que me gusta mucho la música que hace Tracks Dogs, la banda folk rock de anglosajones que viven todos aquí, en Madrid, y hacen como una fusión de estilos muy curiosa. Con Guadi Galego, como te he dicho, hacemos una versión de una canción suya. Pero aparte, su trabajo es muy interesante, porque además mezcla idiomas. Acaba de hacer un disco con todas las lenguas de la península, lo cual es interesante. Y digamos, que de música actual, me gustan los Artic Monkeys, que no soy un gran fan, pero me gustan cosas. Me gusta muchísimo el sonido que tiene la banda de Buenafuente, me parece que tienen algo ahí que suena muy americano. Algún día me gustaría tocar algo de esa banda. Ahí lo dejo.
He leído que hiciste carrera en los Estados Unidos. Esto es para libro. Que solo tienes ¿23 años? ¿24?
Bueno, me marché con 17. En cuanto acabé el colegio, como cumplo los años a final de año, pues el comienzo del curso allí me pilló tres meses con 17 años. Y bueno, sí estuve en Estados Unidos cinco años, hasta principios de 2019 que volví. Yo ya sabía que me quería dedicar a la música antes de irme, o sea, por eso fui allí a estudiar, a formarme y a grabar un disco allí… dimos conciertos… Hubo cosas. Pero allí fue cuando definitivamente entendí lo que significa la música profesional, que no solo es subirse al escenario, tocar do, re, mi y ya está, que hay muchísimo detrás… eso lo entendí allí… y aún así dije “bueno, pues vale, pues me suena bien”. Y aquí estamos.
«Soy muy anti formación, a pesar de que me he formado. Siempre que toco con gente, insisto en que no se puede mirar en el papel».
Se suele decir que a los músicos de formación les falta vidilla… ¿Qué opinas del sambenito?
Soy muy anti formación, a pesar de que me he formado. Siempre que toco con gente, insisto en que no se puede mirar en el papel. Insisto en que lo que hay que hacer es escuchar la canción, ni siquiera estudiarla de memoria y no sé qué. Solo hay que saber cómo va la canción. En ese sentido soy totalmente anti académico. De hecho, el sitio en el que estudié es como una especie de lugar de culto para los músicos. No puedo con ellos, es que son muy pesados, todo el día “no, estoy hay que tocarlo así…”. La música hay que tocarla como la sientes y ya.
¿Son malas fechas estas para la música o a la oportunidad la pintan calva?
Yo creo que depende. Depende si das con la forma de lanzarlo a través de las redes. Yo, personalmente, desde que empezó la pandemia he hecho directos durante los confinamientos, he hecho varias cosas… Aproveché para hacer un podcast, aproveché para hacer vídeos… La verdad es que, yo creo que a mí, personalmente, lo que sería en el lanzamiento digital del disco, tampoco me ha afectado tanto. Me fastidia un poco no poder dar un concierto en condiciones, que tenga la posibilidad de que venga mucha gente, etc. Pero bueno, es lo que toca.
¿Ha influido esto en la agenda? ¿Ibas a sacar el disco antes?
El disco iba a salir en abril…
Pues ni tan mal. Pudiste recular…hubo quien lo sacó en febrero.
Eso es verdad. Eso fue horrible. Eso, para la gente que sacó discos con toda la ilusión a principios del 2020… y de repente cae el bicho… El plan era sacarlo en abril, pero claro, cuando a principios de marzo vimos lo que había, pues dijimos, «no, dónde vamos, ahora, con todo esto, a sacar un disco». Lo que dices, todavía teníamos tiempo para pararlo. No fue como que ya tuviéramos un single fuera o… pues bien.
He visto los videoclips… ¿tres?
Sí, tres, uno es un lyric de estos, con las letras.
¿Esto tiene que ver también con la situación? ¿Lo de aprovechar el parón para hacer vídeos?
Los teníamos hecho de antes. El último sí viene de eso. El de «Tommy the killer», que es la última canción que salió en noviembre, está grabado en junio. Pero sí. Los dos anteriores ya los habíamos hecho antes. Eran los dos singles: «Mad Bos» y «Mundo loco».
«Mad Bos» es la que has tocado aquí. Háblanos de ella. ¿Por qué la has elegido?
Pues porque la elegí como primer single… Quedó como la más comercial del disco. Me cuesta hacer canciones comerciales. Tampoco es que lo intente, pero cuando sale una, pues hay que aprovecharlo. O sea, no reniego de las canciones comerciales. Cualquier cosa que yo haya hecho sin influirme, sin censurar mi idea, me vale. Aunque me saliera un reguetón o cualquier cosa, me valdría. Si lo he hecho sinceramente, pues está hecho sinceramente. «Mad Bos», en concreto, es la historia justo del viaje de Madrid a Boston y de Boston de vuelta a Madrid. Es el código de los aeropuertos. La empecé a escribir en el aeropuerto cuando volvía de Boston, cuando estaba con la mudanza, con todas las cajas y todo. La empecé allí y la terminé aquí, al mes de llegar.
¿Y qué esperas que suceda a partir de ahora?
Pues espero que nos dejen, no ya solo tocar, sino que dejen a la gente, o que se pueda pronto…
¡Que nos vacunen!
Sí, que nos vacunen y que se pueda trabajar, que la gente está con problemas económicos y no va a gastarse un euro en un concierto. Por supuesto, también, que se recupere la gente que está con problemas médicos… Pero en lo que se refiere a mi música, pues espero que sea muy intenso, que haya muchos conciertos, que es lo principal, que toquemos en todos los lados donde se pueda, para darnos a conocer… y a ver si en dos o tres años hemos subido un par de peldaños.