El libro de los pequeños milagros de Juan Jacinto Muñoz Rengel


Texto de Reyes Muñoz

Un perro verde con cuerpo de loro o un loro verde con cara de perro, da la bienvenida a El libro de los pequeños milagros.

A primera vista parece especialmente diseñado para ser colocado en ese revistero que llamamos bidé, y suplir en nuestro momento diario de merecido asueto, las carencias literarias de las traducciones en champús y cremas hidratantes. Pero amigos, no os equivoquéis, Juan Jacinto Muñoz Rengel –que pese a mi admiración, no es mi primo– es capaz de meter en tres líneas más reflexiones que muchos bestseller en 500 páginas. Para muestra, lo siguiente: «El texto que ahora tienen ante sus ojos está lleno de errores. Algunas palabras han sido sustituidas por otras. Como donde dice texto, o palabras, debiendo en realidad decir mapa, o calles. Y viceversa». Y esto lo leemos cuando el libro ni siquiera ha empezado. Así que, si quieres asueto, no lo dejes en el bidé.

¿Qué nos encontramos? Pues tres subgrupos de granadas de mano (urbi, orbe y extramundi) que se quedan alojadas en la cabeza a la espera de que les quitemos la anilla y nos caigamos del guindo. Soy incapaz hasta de marcar un género. Solo leedlo porque el autor de El asesino hipocondriaco vuelve a demostrar que quizás esté a la cabeza de una nueva generación literaria por la que sentir orgullo.

Más información: http://www.juanjacintomunozrengel.com/

Lee este artículo en la versión on-line de nuestra edición impresa:

Anterior 08001: No pain no gain
Siguiente Comedia y Sueño, la mentira más hermosa