La Chapelle y el cosmic folk


Descargar ExPERPENTO 110 / Visualizar ExPERPENTO 110

Entrevista de Reyes Muñoz
Imagen cortesía de Promosapiens

La Chapelle es el proyecto Erik, un californiano con una historia llena de puntos de meta. Tocó en la legendaria sala 924 Gilman en Berkeley, giró con su banda Monks of Melody por Santa Cruz, Los Ángeles o San Diego; y llegó hasta Madrid, donde su camino se cruzó con el de Javier Jiménez y Víctor Pereira.

Estáis haciendo una estrategia de lanzar tema a tema hasta que salga el disco, ¿no?

Sí. La estrategia de lanzamientos se la dejamos a Víctor que es el que sabe de todo esto. Ya hemos sacado diez temas del disco, faltan dos, y luego ya los juntaremos con una portada diferente y presentaremos el disco entero.

Un discazo de los de toda la vida. ¿Saldrá en físico?

Eso es presupuesto. A mí me gustaría, claro. Pero de momento lo vamos a sacar solo en digital y si vemos que se puede invertir en vinilos y luego venderlos, pues claro que saldría en físico. Ojalá.

El disco es la pelea de dos años, ya. Fíjate, me encanta tenerte aquí porque a mí Victor Pereira me mandó en su día los brutos sin masterizar de dos canciones y las he escuchado bastante.

Pues sí, ¡es que ya estamos 2025! Empezamos a grabar hace dos años, en enero y febrero de 2023. Pues sí, justo empezamos al comienzo del año 2023. Al final lo mezclamos y lo finalizamos casi en septiembre de ese año. Fue un proceso rápido de grabar, pero luego largo de editar, y mezclar, y masterizar… y luego hay que diseñar portadas a cada canción, ¿no? Eso lo vamos haciendo sobre la marcha. Llevamos un un año y pico ya presentándolo, sacando las canciones.

Ya habéis hecho unos cuantos conciertos y además en salas bastante míticas, ¿no?

Hemos tenido rachas de hacer conciertos más a menudo y menos. Por ejemplo, estuvimos un tiempo en el Amazónico de Madrid, que es un restaurante de Alcalá de Henares en el que estuvimos fijos. Y estuvimos por festivales como Alcalá Suena. Este año tocaremos en Enclave de agua, en Soria, en verano… Estamos haciendo un poco del trabajo previo, ¿no? Para hacer repertorio, hacer currículum…

Currículum para esta banda, para La Chapelle, porque tú tienes un currículum flipante, como la sala 924 Gilman en Berkeley, compartiendo escenario con bandas como Green Day y los Offspring… eso mola mucho.

¡Pues es que en Estados Unidos tocaba en varias bandas ya desde los diez años! Bandas de rock, de grunge, de punk, de ska, de todo tipo… y luego, cuando fui a la universidad, empecé tocando en solitario y luego formé una banda. Al venir a España, como tres años más tarde, hice lo mismo. Empecé tocando en solitario en acústico y luego en varios proyectos de banda diferentes.

La Chapelle viene de estar tocando en solitario y de escribir canciones que se pueden presentar con la banda y en solitario, también, como he hecho hoy. Pero en diferentes formaciones hemos probado temas de los que toco ahora con Víctor y con Javi. Llevamos casi tres años con este proyecto y hemos podido dar otra forma o más forma a todos los temas.

¿Sabes? ExVITA es un proyecto de una asociación que se llama ExGAUDIA. Apoyamos la cultura independiente y nos da mucha envidia el circuito de Berkley, o San Francisco, por ejemplo… Nos parece que allí se apoya mucho, tanto desde la administración como desde las propias salas.

No sabría muy bien qué decirte. Llevo tanto tiempo aquí, que no he estado tan presente allá, en la escena musical. Cuando he estado en verano, he hecho conciertos en salas con amigos y creo que el negocio es parecido. Creo que ahí, claro, están más acostumbrados a un tipo de música en directo. Al menos antes, o sea, antes de toda esta revolución de tecnología que nos ha cambiado la vida a los músicos. Antes, la música en directo era algo mucho más estable, allí sí, supongo que aquí también. Creo que es difícil en cualquier lado.

Pero el circuito underground, las salas y eso, allí tiene en cuenta a los y las artistas desde un punto de vista creativo, pero también económico. A ver, que igual es el Dorado que nos venden.

Hay mucha competencia en Estados Unidos, mucho nivel, y no sé, a veces tú como artista piensas en el arte, piensas en hacerlo como puedas, como sea; y también buscas la vía de hacerlo rentable. Aquí también hay una escena buena y también la música, hoy en día, es muy internacional. Allá, las salas míticas como por ejemplo, Whisky a gogo, las salas de los años 60, también las tienes que alquilar, como aquí. Siempre ha sido una cosa difícil pero creo que ahí también es un negocio que depende del público.

Lo que pasa aquí, en lo que veo algo problemático, es en las bandas de versiones. Por mucho que la gente quiera escuchar canciones conocidas, limita el acceso a las salas de los grupos con contenido original. Se ofrecen más a acoger bandas que ofrecen la garantía de llenar la sala con una banda de versiones en vez de con contenido original, que es más un riesgo. Y en verano, están las orquestas. Yo espero que tarde temprano, la gente quiera ver algo diferente o incluso que los artistas quieran hacer algo diferente y explorar su creatividad.

«Esa es la verdadera fusión, traer al proyecto la creatividad para mezclarla».

¿Qué tal te has entendido con dos españoles? Estuvo aquí, en el sótano, Nurk, también Leilah Broukhim… y pensé lo mismo que al verte a ti. Me parece que hay cosas que si no las has mamado, son complicadísimas.

Siempre he estado con españoles desde que vine hace veinte años o un poco más. Y sí, es cierto que hay diferencias culturales y musicales, hay un ritmo diferente… Yo lo que intento es transmitirles mis ideas, pero por otro lado, ellos también vienen con otras ideas, otras influencias… Todo eso lo traen al proyecto, y la verdad es que es lo más bonito. Esa es la verdadera fusión, traer al proyecto la creatividad para mezclarla.

Con Javi Jiménez llevo diez años. Nos conocemos bastante bien. Hemos estado en varios proyectos juntos, compartimos otro proyecto actualmente, de hecho. Es esa relación que tienes con cualquier persona: vas conociéndole, te van conociendo, tienes tus momentos de conflictos, es verdad, pero así es como realmente vamos creciendo, ¿no? Así que bien, la verdad es que me entiendo con ellos muy bien.

«Siempre hay nuevos temas y siempre estamos sacando una versión nueva, cambiando cosas a nuestra manera».

Entiendo entonces que en La Chapelle tú traes tus temas y ellos los manosean para que sean de los tres. Cada vez que me ha llegado alguna canción he dicho lo mismo… que me encanta lo directos que son. La versión de estudio parece un directo.

Al final fue como cualquier grabación. Todo es un experimento, no sabes cómo van a salir los temas. Algunos te sorprenden para bien, de otros esperabas más… Yo creo que como cualquier artista, cuando escuchas con los años las canciones, siempre te queda una espinita: «ah, si hubiéramos hecho esto y lo otro», pero es inevitable, ¿no?

Eso es cosa del arte, me parece. El arte se deja estar porque si no, no acabarías nunca.

Sí, seguro que a un escritor le pasa lo mismo con los libros. Pero la verdad es que salió bastante natural. Hemos ido fortaleciendo la relación y los temas, obviamente, se quedan así, como se grabaron, pero también podemos re-aprender a tocarlos. Siempre hay nuevos temas y siempre estamos sacando una versión nueva, cambiando cosas a nuestra manera. De momento pues ahí vamos, estamos estables.

¿Son siempre temas tuyos?

Sí, las canciones son mías. Algunas las estuve tocando con otro trío un poco menos consolidado. Es decir, algunas canciones ya las he tocado con un proyecto parecido. Otros son nuevos, son temas que se acaban de traer al proyecto. Es también esa mezcla de lo vintage con lo que está saliendo ahora. También tengo temas medio hechos. Estamos viendo si los seguimos grabando.

Hay canciones que tengo desde hace quince años y canciones que se están escribiendo ahora.

¿Cómo se llega a ese proceso? ¿Te acuerdas de algo que empezaste y te re-enamoras del tema?

Es un momento creativo que quieres aprovechar. Quieres aprovechar lo que hiciste y entonces sí, lo llevas al grupo. A veces lo tienes grabado pero no de manera profesional. La última canción que toqué en ExVITA, «Rearview mirror», la he tocado en muchas bandas diferentes, o sea, es una canción que me ha acompañado a varios proyectos. La toco y pienso, «mira, se puede seguir haciendo», se puede hacer de otra forma, con otra banda, en paralelo con otros cantantes, ¿no?

Es que es muy clásica. Creo que es de esas canciones sin edad. Puede ser una versión de otra de los años cincuenta o puede ser de ayer mismo.

Sí, tiene como veintidós años, o algo así

El cosmic folk

Hablame del «Cosmic Folk», que a mí me ha hecho pensar en Jim Morrison y su «amor cósmico» y en Janis Joplin y el «Kozmic Blues».

(Risas). No, fue un periodista gallego. La primera vez que lo escuché, o lo leí, fue en una revista de El Diario de Ferrol. Yo iba a tocar por allí y en ese momento estaba haciendo un set en acústico, pero era un one man band, ¿no? No tenía banda, entonces tenía mis pedales de efectos, el bombo, la guitarra, la armónica y según él, eso era «cosmic folk». Entonces pensé: «qué bueno, qué buen nombre».

Empecé a desarrollar un poco la idea, y me di cuenta de que era el sonido de la guitarra acústica metida por pedales, metida por amplificadores, delays, wahwahs, estilos un poco abiertos. Así empezamos a seguirl el rollo del cosmic folk.

Pero es algo que llega de la costa oeste a través de ti, ¿no? Eres de allí.

Yo soy de California, del norte, de Oakland, de la Bahía de San Francisco. Y sí, bueno, yo lo traje de allí. Era un sonido más de cuando yo iba en solitario o con un plan dúo. Ahora somos una banda eléctrica, más power trio. Los géneros que tocamos en algunas canciones son más de ese estilo psicodélico, cósmico, pero otros son reggae, hacemos casi punk, punkabilly, hacemos rock grunge… La Chapelle es un grupo abierto a todo lo que nos llame la atención, y con toda esta cartera de canciones que hablábamos. Traigo todos estos sonidos encima de mí.

Supongo que como llevas tanto tiempo, también te andarás fijando en grupos de aquí. ¿Cuáles dirías que son tus influencias?

Como adolescente y teenager crecí con el grunge de los 90 y luego, las bandas californianas de ska punk y de reggae, incluso del rock de los 80, cuando era más jovencito, ¿no? Aquí escucho todavía todo eso. Eso forma parte de mis venas musicales. Aquí, cuando llegué, escuchaba mucho a Manu Chao, a Macaco, a varios artistas flamencos… No me ha influido mucho el flamenco en lo que hago yo, pero el arte en sí, me resulta muy interesante. Me entran muchas bandas de rock, de aquí pero también en inglés, que es mi idioma nativo. La música que yo toco suele ser en inglés, yo tiendo a escribir canciones en mi idioma y con mis influencias.

«Las ideas suelen ser las que cambian el mundo»

Me ha parecido que hay bastante política en tus canciones.

En algunas, sí. Para mí la música es lo que quieras que sea. Bueno, la verdad es que las ideas suelen ser las que cambian el mundo. Eso es la libertad de expresión y en este caso, la libertad del artista, que tiene todo el derecho a escribir sobre lo que quiera. Algunas de mis canciones van más que por ese mensaje político, son críticas de la actualidad.

Creo que vuestras protestas, las de los músicos estadounidenses son muy bestias, muy profundas. Podemos hablar de «Shots across the USA», por ejemplo.

«Shots» es una canción sobre las armas en Estados Unidos y los tiroteos, que son demasiado frecuentes. Salió como por la emoción de ver vídeo, tras vídeo, tras vídeo… de policías usando fuego sin ningún motivo, especialmente contra gente de afroamericana y otras etnicidades. Es un problema gordo en Estados Unidos. Entonces, de la rabia de ver eso, pues se transmite en música y en letras. Ese tema va por ahí, sí.

No es tan evidente en «21th century», sobre la celeridad del momento. Tiene ese poso social y político.

Creo que te refieres a «Time».

Es posible.

«Time», yo creo que es un tema un poco más personal que puede ser general. No es tanto político, es complicado. Va de como vivir, de como el tiempo es el maestro, ¿no? El tiempo es lo que nos dicta, es el dictador. Y nosotros crecemos muy rápido, o nos hacemos adultos demasiado rápido. Jugamos papeles, ¿no? En el principio de la canción dice «no vendas lo que queda de tu alma», hay que seguir viviendo, seguir vivo, ¿no?

¡Creo que me refería «21th century»! En la que creo que hablas sobre la vida en un mundo acelerado por las nuevas tecnologías ¿no?

(Risas) «21st Century» es una canción sobre la tecnología y cómo en el mundo se ha convertido en un constante escaparate… Esto lo escribí hace muchos años, hace a lo mejor diez años, o sea, que fue otra cosa la que me motivó a escribirla, no tanto lo que hay ahora. Fue una crítica de decir: «Oye, a ver que pasa con el selfie y la cámara que nos mira a nosotros mismos». Todo el mundo se empeñaba en grabarse a sí mismo, en subirlo, con la idea de que el universo les mirara a ellos. Ahora ya está comprobado que eso lleva a más enfermedades mentales, lleva a un mundo muy solitario y por otro lado, todo el enfoque hacia uno mismo, no creo que sea bueno, ni para una persona y ni para la sociedad. Entonces, esa canción es sobre esa rabia de preguntarme «¿qué estamos haciendo?»

«Bittersweet Surrender» es una canción preciosa, que navega entre lo íntimo y lo social, ¿no?

«Bittersweet Surrender» es una canción dedicada a mi padre que falleció hace cuatro años de Alzheimer. La escribí con él en mente, sobre la experiencia de vivir los últimos días con él, y también, de ver reflejado en él a mi hijo. Mi hijo tenía un año y medio cuando él estaba ya en sus últimos días. Me di cuenta de que ahora estoy ocupando el papel de mi padre, y mi hijo ocupa mi papel. Es sobre esa entrega, que es amarga y dulce. Es lo amargo y lo dulce de la vida, ¿no? Quería reconocerlo, por eso la escribí. A veces intentamos echar debajo de la alfombra esas emociones, y yo creo que viene bien que uno esté preparado para hablar de ello, porque somos humanos.

Creo que ahora debemos hablar de la segunda que has tocado aquí.

La segunda canción que he tocado se llama «Birds of a feather» y habla de una relación de pareja, de saber perdonar, de vivir las experiencias juntos. «Birds of a feather» son pájaros del mismo plumaje. Hay un dicho en inglés que es «Birds of a feather stick together».

En castellano me parece que decimos «Dios los cría y ellos se juntan».

Sí, es eso, un poco es esa la idea. No tiene nada que ver con los pájaros. Es sobre eso de seguir amando, de seguir perdonando y sobreviviendo como pareja en una relación.

«El arte es muy raro, no tiene mucha lógica. A veces hay éxitos donde no pusiste esfuerzo y hay esfuerzos fuertes que no tienen ningún éxito, ¿no?»

Como te planteas la carrera con La Chapelle: si vives de la música, si esperas vivir de ella.

Yo tengo otro trabajo. Yo yo soy profesor de inglés y profesor de guitarra también, La música sí es esa constante en mi vida, que a veces tiene más protagonismo y a veces menos. Estamos viendo lo que podemos hacer, cuándo hacerlo, y esperando a que haya más movimiento, que nos podamos mover un poco más. Hay que seguir, seguimos lanzando canciones, esperando para que La Chapelle crezca. Pero seguro que estaremos presentes en los escenarios tarde o temprano.

Es decir, la expectativa es ser artista y seguir creando.

Sí, eso es lo que yo puedo decidir, porque, ¿sabes?, el arte es muy raro, no tiene mucha lógica. A veces hay éxitos donde no pusiste esfuerzo y hay esfuerzos fuertes que no tienen ningún éxito, ¿no? Uno no puede pensar demasiado en números, ni en cuantos likes, ni en cuántas escuchas, ni en cuántas personas van a ir a tus conciertos. Eso te expone, te haces muy vulnerable a que tus expectativas no se cumplan.

Entonces, mi expectativa es seguir. Yo creo que estoy aportando algo nuevo, creativo, que estoy construyendo una casa artística. Si la gente quiere venir a visitarla, pues ahí está. Y si no vienen, ahí vives tú. El éxito no visita todas las casas. Pero si eres tú la casa, sales ganando. Al menos tú lo estás pasando bien, tú estás haciendo lo que te gusta. La idea es compartir tu arte, compartir con las personas y disfrutar de la vida lo que puedas y listo.

La Chapelle en redes:

Descargar ExPERPENTO 110 / Visualizar ExPERPENTO 110

Anterior Àlex Lora: [La gran obra]
This is the most recent story.