Texto de Fernando Torres Valenti
Se proyectó por vez primera en el Sundance de 2009 y gustó aunque a muchos la voz del narrador les resultó muy monótona. Lo resolvieron con un locutor excepcional, Johny Depp , que dedicó buenas palabras tanto al film como a la banda. La versión definitiva se estrenó en Los Ángeles. Por fin veía la luz la visión más aproximada a la vida del grupo y a la figura de Jim Morrison.
El documental es una recopilación de imágenes, en su mayoría inéditas. El material tenía tal calidad que se creyó que eran interpretadas y no reales. DiCillo lo desmintió. Unas grabaciones fueron tomadas por Paul Ferrara, colega de la universidad de Jim y Manzarek y otras provenían de HMY (Highway) una película experimental protagonizada por Morrison.
Lo que vemos queda muy lejos del biopic dirigido por Oliver Stone, película que en vez de acercarse a los Doors exageraba sus momentos polémicos y se centraba en la imagen de Morrison y la distorsionaba. DiCillo refleja la esencia de la banda sin caer en estereotipos.
Vemos a un Morrison «real», su juventud, sus tímidos inicios, su ascensión y decadencia, su mejor cara y su lado oscuro. Y aún así reconoce la importancia de los otros componentes. Descubrimos la repercusión de los comienzos jazzísticos de Densmore (percusionista) y Ray Manzarek (teclista) o el pasado flamenco de Krieger (guitarra). DiCillo demuestra que todo ello fue relevante en la creación del sonido The Doors. El film tiene valor biográfico, pero también musical.
Documental recomendado a quienes les guste el género, a los que aprecien la música, a los amantes de The Doors y a aquellos que tienen todavía presente la increíble personalidad y forma de vida del rey lagarto. «Si las puertas de la percepción fueran limpiadas, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito» esta cita que aparece en el film, fue la que Jim tomó de William Blake (usada también por Huxley) para bautizar al grupo.