Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Edificio Sabatini. hasta 22/02/10
POR REYES MUÑOZ
La Compañía de Laura Dean bailando Drumming de Steve Reich Foto de Eduardo Momeñe
A principios del verano del 72 –recordemos: en España estaba Franco- los Encuentros de Pamplona situaron a España en la ruta de la vanguardia, junto a otros festivales como el Festival de Spoleto, la documenta 5 de Kassel y la XXXVI Bienal de Venecia.
Dada la situación política del país, la financiación pública de un evento de estas características era una quimera, y peculiarmente se valió de presupuesto puramente privado –grupo Huarte– y la organización cayó en manos de artistas –el grupo ELEA.
El evento, previo a los San Fermines, se vendió como regalo a la ciudadanía, lo que fue la excusa perfecta para conjugar vanguardia y tradición popular. A través de las obras de más de 350 artistas, nacionales e internacionales, la capital navarra se convirtió en escaparate de las tendencias más experimentales. El momento en el que tuvieron lugar los Encuentros tiene también su impor-tancia ya que mientras que en la España franquista los movimientos artísticos radicales eran minoritarios y desconocidos, en el resto del mundo, la vanguardia como proyecto global y militante, se estaba agotando.
En un recorrido cronológico, el Reina Sofía ofrece al visitante una mezcla de piezas que tratan de reflejar lo que ocurrió en Pamplona en aquel verano. Dado el carácter efímero de casi todo lo acontecido –recordemos que fue la explosión de la acción como disciplina artística– gran parte de lo que se ve y se escucha es material de archivo de los propios encuentros –entrevistas de los artistas, fotos de periódicos, cine, vídeos, grabaciones sonoras, etc.– y de lo que pasaba de puertas para afuera: atentados de ETA, protestas, etc.