Texto de Janire Martínez
Desde el 19 de noviembre tenemos en los cines la anteúltima parte de la saga de Harry Potter, que se trata del primer fragmento del séptimo libro de la escritora JK. Rowling, Las reliquias de la muerte.
Cabe destacar que lo que en un principio se presentaba como libros para niños, ha conseguido la admiración de muchos adultos. Y también se ha notado en las películas, esta última sin duda es la más oscura de todas las anteriores.
El mundo mágico está sumido en el caos y se acerca la batalla final: Voldemort (Ralph Fiennes) y sus fieles mortífagos están logrando el poder y arrasan con todo a su paso (muerte, desapariciones, etc.) mientras logran encontrar a Harry Potter, para acabar con su vida, ya que como afirma la profecía: sólo uno de los dos puede permanecer con vida.
Potter cuenta con la ayuda de sus fieles amigos Hermione (Emma Watson)) y Ron (Rupert Grint) con los que partirá una larga y dolorosa marcha en busca de los Horrocrux, objetos donde Voldemort ha guardado su alma dividida, y que deben destruir para lograr acabar con su gran enemigo.
En esta entrega ya no aparece aquel pequeño Harry de las primeras películas, esta vez Daniel Radcliffe interpreta a un mago que lleva muchas batallas a sus espaldas y se siente totalmente responsable del destino del mundo mágico. El mago se ha hecho mayor. También se nota los escarceos amorosos que viven Ron y Hermione, poco a poco van tomando forma, que ya comenzaron en El cáliz de fuego, y que hace las delicias de los más románticos, que esperan impacientes que esta pareja por fin termine junta.
No puedo evitar decir que he notado ciertas semejanzas con la saga El Señor de los Anillos: la magnificencia de los paisajes, las imágenes de las rutas que llevan los protagonistas, etc. Pero sobre todo la comparación Horrocrux-anillo que se da cuando Harry debe llevar al cuello el poderoso artilugio que altera su estado de ánimo, embruteciéndolo y haciéndole más negativo, además de la carga que le supone mantenerlo. Esta vez, el protagonista, comparte el peso con sus amigos.
Nos encontramos con algo inédito en las películas de Harry Potter: un fragmento de animación. Viene de la mano del director suizo Ben Hibon, y resulta una de las maravillas del filme. El video nos muestra la fábula de las reliquias de la muerte, que da nombre al último libro y a esta entrega. Ya han asegurado que es de lo mejorcito de la película, y yo me apunto a esta tendencia.
Las reliquias de la muerte, como todas las películas anteriores, no es un calco exacto del libro, sino que deja con la miel en los labios a aquellos que han seguido la versión escrita. Quizás le falte un poco de contenido; considero que han pecado de escasos al querer separar la última novela en dos partes, dejando la primera sin “chicha”. Lo que me hace pensar es que han guardado toda la batalla final para la próxima, para cerrar la saga por todo lo alto.
Pero como muchos opinan, los seguidores de Harry Potter no son de medias tintas, o te gusta mucho o no te gusta, y como a mí me gusta, y mucho, tengo que decir que la película se merece una buena nota.
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