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Texto de Raquel Carrillo
Imagen cortesía de la Fundación Lázaro Galdiano
Museo Lázaro Galdiano: https://www.flg.es/agenda-de-actividades/exposiciones-temporales/exposicion-inigo-navarro-sombra-tigre
Hasta el 23 de Noviembre. Entrada gratuita.
La atmósfera onírica de Ayer pisó tu sombra un tigre.
Con la voz hipnótica de Leonor Watling, asistimos asombradas al tráiler de esta exposición, con tintes de cuento gótico.
Extasiadas nos quedamos ante la magnitud de esos lienzos gigantes, con adolescentes alzando el vuelo en bosques nórdicos.
Una exposición que te traslada a otro mundo, donde galgos conviven con balones rojos, y mariposas baten sus alas en jardines evanescentes de esferas flotantes.
Íñigo Navarro consigue una curiosa y personalísima mezcla, entre los paisajes flamencos europeos y la cultura más pop. Algo de visceral tiene su obra, que te atrapa y va directa a las tripas, como hace Lynch en sus películas. Te provoca una serie de sensaciones físicas que no sé muy bien cómo explicar. Quizá sea una mezcla de inquietud, belleza, frío, melancolía y soledad. Lo sensorial de esta obra es tan heavy, que incluso se ha creado un perfume para oler esa atmósfera conseguida por el artista, que se puede conseguir en la tienda del propio museo. La perfumista Valérie Acouturier, parece haberse adentrado en un bosque oscuro de ciprés, con notas de incienso, sándalo y rosa de mayo.
Es una exposición muy cinematográfica, con ecos de Kubrick, Lanthimos o Trier, con esas adolescentes, inspiradas en la hija del artista, que bien podrían ser protagonistas de Thelma, del autor danés, o incluso de la inquietante It Follows. El equilibrio de los cuerpos también es protagonista, con reminiscencias a las coreografías de Pina Bausch. Y luego están esos bosques, entre mágicos y tenebrosos, que lo envuelven todo.
La madre de Íñigo Navarro era restauradora en el Museo del Prado. Allí se forjó su deseo de ser pintor, sobre todo cuando su madre trabajaba con los cuadros de Goya. De hecho, esta exposición nace de la obra “Modo de volar”, del pintor aragonés, perteneciente a la colección del Museo Lázaro Galdiano, que también está expuesta, relacionándolo con las adolescentes voladoras.
Nos da la bienvenida una escultura a tamaño natural, de una adolescente levitando con una máscara, Lady Jetlag, cuyo vestido de terciopelo rojo es obra del diseñador de alta costura Marcos Luengo. En definitiva, una obra onírica y sensorial, en la que las adolescentes lograrán que alces el vuelo con ellas.
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