María Lafuente


Ha presentado en Cibeles una colección cosmopolita y sofisticada, con cierto aroma Art Nouveau y llena de extremos: largos muy largos y cortos muy cortos. Las estructuras sensuales, envuelven el cuerpo femenino y resaltan su movimiento. La diseñadora María Lafuente nos ha hablado de su proceso creativo, desde el instante en el que se enfrenta a la hoja en blanco hasta el momento en el que sus piezas cobran vida sobre una pasarela de moda.

Ésta es tu tercera edición de Cibeles: ¿notas diferencias con respecto a la primera vez?, ¿te has sentido más segura?

Yo cada vez lo llevo peor, tal y como dicen los actores y cualquier persona que se dedique a algo creativo. El miedo escénico te hace empezar de cero. Yo he tenido más nervios que nunca en mi tercera vez.

Desde Cibeles se afirma que esta es «la principal plataforma del diseño español (…) cuyo objetivo fundamental es servir de instrumento de promoción a los grandes creadores españoles de moda». Encontrarse bajo ese epígrafe de «grandes creadores»…. ¿halaga, pesa?

Bueno, yo creo que todo al final es trabajo y esfuerzo, cada creativo desarrolla su colección y su propuesta dentro de su filosofía. Creo que es un halago, al mismo tiempo que te lleva a evolucionar y a hacer las cosas lo mejor que puedes o trabajar duramente porque, al final, siempre te lleva a ir evolucionando y creciendo.

Hemos visto una colección cargada de romanticismo, con ciertos aires de bohemia, como recordándonos los ambientes urbanos de cafés y galerías de los primeros años del s. XX… ¿cómo surge la inspiración?

Parto de un momento artístico, estético, y en este caso la colección se llama «El Cuaderno Dorado» y viene por una de las protagonistas de Las Horas. Comenta en su cuaderno que con el paso de los años se pregunta qué es para ella la felicidad: es un beso y un paseo. A partir de ahí yo comienzo mi colección, con las referencias estéticas de la época del «nouveau». Después aporto la confortabilidad, a través de la calidad de las materias naturales y de lo que me sugiere la rigidez o el movimiento de los tejidos. Dentro de esta colección también hay una parte un poquito más oriental, que puede hacer referencia a Klimt. Estos momentos se encadenan con las materias: los terciopelos, las sedas, los algodones estampados con motivos orientales…

¿Cómo te enfrentas a un boceto, al papel en blanco?

Lo primero de todo es la parte artística, la parte estética, a la hora de elegir los colores y los estampados –muchos de ellos son artesanos. Después entra en juego lo que me ha hecho crecer, lo que he vivido, lo que he viajado… A partir de estas referencias busco motivos, estampados y todo se va enlazando y van surgiendo los colores y los diferentes coordinados para ir creando una continuidad en la colección. Primero es la idea artística, luego van los tejidos y después va la parte técnica.

Aunque tu colección es «ponible», en la pasarela solemos ver piezas que no tienen mucha salida en la vida cotidiana. ¿Qué diferencias hay entre lo que se ve en la pasarela y lo que luego llega a la calle?

A veces un diseñador hace una propuesta un poco más arriesgada. En mi caso ésta es mi colección de venta, he utilizado el mismo tiempo que para los diseños de las propuestas más atrevidas. Siempre busco que las piezas sean para usarlas, incluso que se puedan coordinar con otro estilo o con otro diseñador. A veces sales de casa por la mañana y ya no vuelves. Te puedes cambiar de zapatos y estar adecuada. Busco ese tipo de piezas, llevamos un ritmo bastante ajetreado y es esencial tener piezas que se puedan coordinar. En la parte que hago para el día, sin llegar a la noche, me gusta hacer piezas convertibles, buscar un tipo de contraste para que pueda ser utilizado en cualquier momento, como los vestidos cortos que se ponen con pantalones.

¿Piensas en la comodidad de la persona que lo va a vestir?

Sí, por eso es muy importante la calidad de las materias. Si la materia es natural te sientes más a gusto, te da confortabilidad. También por los cortes… es mi filosofía más o menos.

¿Podemos ir a una tienda, probarnos el modelo que nos guste y llevárnoslo o es un proceso más elaborado?

Nosotros tenemos puntos de venta en España, más en el extranjero, porque comencé más en ferias internacionales que nacionales. Pero desde luego, yo creo que la gente va perdiendo el miedo, cada vez nos gusta más sentirnos diferentes, aunque sea tan difícil. Yo recibo muchos correos, de gente que me escribe directamente y me pregunta dónde se vende alguna pieza que les gusta…

Los desfiles son el mejor escaparate o hay otras opciones además de la pasarela.

La pasarela es el mejor escaparate. Después están los soportes de prensa, que salgas en medios y en revistas especializadas. Cualquier cosa que haya en el mercado, en cuantos más sitios puedas aparecer, mejor.

¿Qué opinas de la homogeneización de las tallas?

Que al final haya una talla y sea para todos igual es perfecto. No es ningún problema a la hora de diseñar: los diseños van a ser los mismos y en poquito tiempo a lo mejor ya todos tenemos las mismas medidas, y perfecto. No va a provocar ningún cambio en el patrón ni nada de eso y va a estar bien.

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