Leilah Broukhim: «The curve»


Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía de María Santos cortesía de Promosapiens

The curve es el EP de Leilah Broukhim. Ella conoce el éxito en los escenarios, ya que, afincada en Ibiza, es una figura destacada del baile flamenco. Nada tiene que ver lo uno con lo otro, porque su música nos transporta a Nueva York. Pero lo uno bebe de lo otro, porque después de veinte años dedicada al espectáculo, controla el escenario y sabe lo que tiene que hacer para meterse al público y a los músicos en el bolsillo.

Leilah Broukhim llegó a la redacción de ExPERPENTO acompañada por Jesús Caparrós y Nico Martín. En la calle hacía frío, la niebla ofrecía un paisaje fantasmagórico, llovía a ratos. Unos minutos después, en el sótano, los presentes viajábamos muy lejos, a algún tugurio peliculero de Manhattan. El calor se apoderaba de la música y grabábamos un #ExVITA mágico. Cuando terminamos, nos encontramos de nuevo la niebla y el frío. Los tres se fueron pitando. Tenían que hacer una prueba de sonido en El Intruso, donde al día siguiente presentaban el disco. Así que esta entrevista fue telefónica unos días después del #ExVITA y del concierto.

Tocastéis hace unos días en El Intruso… ¿Qué tal?

La verdad es que fue muy guay y hubo mucha gente. Vinieron muchos amigos, estaban mis padres… Muchos colegas y mucha gente querida, fue emocionante. Y el sonido fue impecable. La verdad es que salió todo perfecto, para disfrutar y para regalar emociones… Me sentí súper súper llena, tengo el corazón rebosado.

He estado dudando mucho en sin meterme en tu historia, porque igual me sale una novela en lugar de una entrevista. Eres neoyorquina con raíces judías e iraníes. En América te haces un nombre como bailaora flamenca y te vienes para acá, y también triunfas… Yo no sé qué es más reseñable…

Es así. Mi plan era venirme un año a estudiar flamenco y luego volver a Estados Unidos a hacer un estudio superior de cine, porque estudié cine en la universidad. Yo quería ser cineasta. Y después del año aquel, pues básicamente, lo que ocurrió es que no me fui. Volví, pero para poco tiempo. Lo mío era el flamenco, lo tuve clarísimo… Siete años más tarde descubrí el Centro Sefarad Israel y empezamos a colaborar. Ahí fue donde conecté con mis raíces sefardíes de España y de ahí salió el espectáculo Dejando huellas que cuenta la historia de mis antepasados a través del flamenco.

Pasas por española…

Sí, pero lo que no me quito es el acento.

«Estoy convencida de que tuve que pasar por el flamenco para llegar a componer mi propia música».

Dentro del flamenco, eres una figura destacada. Has bailado en los espacios más emblemáticos… Tu historia me ha hecho pensar en la de otro músico que vino a ExVITA. Se llama Soul Teller y es español. Ha grabado con Willie Mitchell y Lawrence «Boo» Mitchell… Es la misma historia, pero del revés.

Bueno, yo después de veinte años me siento parte de la comunidad flamenca, he compartido escenario con muchísima gente, he tenido la oportunidad de viajar mucho con artistas maravillosos y músicos que me han aportado muchísimo.

Estoy convencida de que tuve que pasar por el flamenco para llegar a componer mi propia música. El flamenco es un arte que requiere tanta disciplina y tenía tan claro que quería profundizar al máximo en ese arte… Estudié muchísimo y tuve la suerte de, como extranjera, poder trabajar. Ahora es un mundo mucho más abierto que hace veinte años. Me siento súper afortunada de formar parte de este ámbito artístico desde dentro. El flamenco es tan complejo que no dejas nunca de aprender.

«Yo empecé cantando en el micro abierto del Búho Real en Madrid, y ahí, bueno, conocí a unos compañeros que lo flipas. Son inspiradores…»

Me ha llamado mucho la atención que cuando te has puesto a hacer música has sacado toda tu raíz, la raíz neoyorquina. Hay algo ahí como muy esencial. A nosotros eso no nos sale.

¡En Madrid y en Ibiza también hay musicazos y gente súper creativa! De hecho, fue a raíz de relacionarme con colegas cantautores que me puse a componer. Ellos me inspiraron a crear mis propias canciones. Vi cómo utilizan sus vidas y sus sentimientos para expresarse a través de la música. Yo empecé cantando en el micro abierto del Búho Real en Madrid, y ahí, bueno, conocí a unos compañeros que lo flipas. Son inspiradores…

No creo que aquí falte talento, no digo eso, hay mucho… Me refiero a una forma de hacer, a algo muy Manhattan… También estuvo por aquí Nurk y me pareció que eso que hacía era territorio reservado, o Iko Cuyagua, que hacen electrónica, pero les sale muy de Venezuela… O Indigo Days, que están liderados por una británica que vive aquí…

Entiendo. Creo que es lo que tú has mamado, simplemente. La música que has escuchado en tu adolescencia, sea en Inglaterra, Francia o España, es la que te influye cuando haces música.

¿Pero eres consciente? Es que este no deja de ser tu primer disco y parece que tiene un sonido internacional muy consolidado.

Pero yo canto desde muy pequeña, porque hacía teatro…

Pues es eso, sabe a Broadway…

Me encanta el teatro. Me encantan las voces potentes femeninas de Broadway. Llevo muchos años cantando, lo que llevo menos tiempo es tocando la guitarra y componiendo. Eso es algo muy nuevo para mí, pero que ahora siento muy natural.

Y en esta carrera incipiente has grabado con Fernando Vacas, nada menos. ¿Sientes que todo va muy rápido o cuándo estás metida en el ojo del huracán no eres consciente?

No siento que las cosas vayan rápidas porque yo conscientemente intento no hacer las cosas con prisa sino sentir que estoy preparada, necesito ver que las oportunidades se alinean… En este caso fue así. Cuando decidí grabar el EP, llamé a Fernando para decirle que me sentía preparada. Entonces ya cuadré las fechas con él, que está muy ocupado, y cuadré las fechas con la banda. Nos bajamos a Córdoba… Fue muy natural y muy orgánico. También yo ya había trabajado antes con Fernando. En 2019 grabé cuatro singles y entonces ya sabía que fluía mucho trabajando con él.

«En la música todavía tengo mucho que aprender para poder fusionar de manera inteligente».

¿No has estado tentada, por ejemplo, de cambiar una batería por un cajón? ¿De jugar con los elementos del flamenco para hacer la música que haces?

Eso me lo preguntan mucho. Yo siento energías muy diferentes cuando bailo rodeada de música flamenca y cuando hago mi música. Sí que se podría fusionar, pero para fusionar hay que tener muchísima sabiduría en todos los ámbitos que fusionas. En la música todavía tengo mucho que aprender para poder fusionar de manera inteligente. No quiero hacer un corta y pega, no. Eso nunca funciona, pero nunca se sabe… De momento, no tengo el conocimiento.

Pero oye, tampoco en mi vida están súper separados los dos mundos. Los voy entrelazando, un día estoy dando clases de flamenco y otro día cojo la guitarra y otro día me pongo a ensayar con los zapatos, otro día estoy tocando en un concierto en Ibiza… o sea, que ya veremos, ya te contaré.

Todo lo posterior a la grabación de The curve también ha sido muy excitante, al menos lo parece desde fuera. La promoción del disco, el concierto aquí en Madrid, tienes unos buenos conciertos… una buena gira.

Ay, mira, pues gracias. Pues en la música yo estoy para trabajar, y disfrutar, y darlo todo, y para hacer a la gente disfrutar, ¿no? Yo creo que ha salido todo muy bonito, de momento no me queda nada por desear.

¿Se te vienen cosas a la cabeza?, ¿Ya estás pensando en proyectos futuros dentro de la música como intérprete o estás saboreando?

Pues me apetece descansar un pelín, que creo que me lo he ganado. Y ahora vienen las fiestas, viene mi hermana con mi sobrina Esther. Quiero disfrutar un poco de la familia. Y lo que sí que tengo planeado, es el que será mi próximo paso. Quiero hacer la presentación con la banda en Ibiza. Aquí la gente disfruta mucho de la música. Pero bueno, me gusta ir muy despacito. Primero quiero disfrutar de esto, de todo esto que vino después del lanzamiento del primer single, que fue en septiembre. Han sido tres meses de mucho movimiento.

¿Los músicos con los que viniste a ExVITA son los que están también en el disco?

En el disco están Nico Martín en la guitarra eléctrica, Jesús Caparrós al bajo y Shayan Fathi a la batería. Luego hay unos artistas invitados, colaboraciones súper especiales, por ejemplo, está Enriquito a la trompeta, o Tony Romero a los teclados… En directo, en Madrid, fue la misma formación, pero a la batería vino Mario Carrión que es un crack, y también vino Miss Gi con los coros. Ella es una pedazo artista y también es mi profe de canto, así que ¡cuidado! Y también quiero mencionar a Daryl Hockin, que toca el pedal steel en «Roam the Heavens», el quinto tema de EP y que también vino de artista invitado al concierto…

Bien arropada… Jesús Caparrós y Nico Martín son los que te acompañaron en el sótano de ExVITA. ¿Vienen del jazz?

Sí, bueno. Ellos acabaron la carrera de música y están muy centrados en armonía de jazz y tocan en varios grupos con distintos estilos. Por ejemplo Jesús Caparrós y Shayan tocan en la banda de Antonio Lizana que es flamenco jazz, y Nico toca con muchísimos artistas tanto en el jazz como en el mundo del hip hop. Mario pues toca con muchísimas bandas y también está ahora en el musical de Mamma mia, o sea que estoy muy, muy bien arropada, como has dicho tú.

 

Creo que no has echado de menos la mística de estudios emblemáticos de los Estados Unidos, tipo el Sun Records, o algo así…

Ay, es que el estudio de Fernando tiene un encanto vintage que es mi rollo total. Con instrumentos vintage y amplis de los años 70 y en un patio andaluz… o sea que no falta encanto, desde luego.

Te pregunto esto porque al escuchar tu EP de estudio me venía a la cabeza la banda sonora de la película Studio 54. Luego, lo que sonó en nuestro ExVITA fue más descarnado… No sé cómo describirías tú tu música más allá de lo del viaje del folk, soul, country…

Es verdad que cada canción tiene su propio mundo estilístico, pero lo que une los cinco temas, para mí y lo que Fernando tenía muy claro que debía desarrollar, era el sonido psicodélico. Yo creo que lo hemos conseguido, que como tú dices nos transporta a un mundo setentero. En la producción, en la instrumentación y en mi voz hay muchos elementos que te llevan a otra época y a otro ambiente de estudio, cuando todo era más orgánico…

¿Qué sensación te dio grabar en acústico esos temas? Cogieron un toque muy distinto, más jam…

Sí, bueno, obviamente en directo hay otra sensación. En el disco está todo un poco más pulido. El directo depende de muchas cosas, incluso de tu estado de humor, del estado de los otros músicos… Hay que sentir la vibra, no solo de los músicos, también de los que están grabando o escuchando. Y entonces se crea otra magia, se crea la magia del momento presente, de eso que sabes que no volverá. Un directo no se puede repetir dos veces.

Para documentarme puse tu nombre en Google y lo que me encontré es que separas mucho tu carrera como bailaora y como música, y que se detecta muchísimo cariño hacia ti, sobre todo en el mundo del flamenco, donde tu carrera es larga.

No había pensado en eso, la verdad. Obviamente siempre me siento afortunada al recibir un feedback positivo. Pero creo mucho en eso de que lo que uno da, es lo que recibe. Cuando estoy en el escenario, da igual si es bailando o si es cantando, intento prepararme para hacerlo lo mejor posible y siempre pienso en transmitir luz. Ese es mi enfoque. Quiero regalar, quiero que la gente sienta el amor que transmiten las canciones… y si eso luego se refleja en un feedback positivo quiere decir que no voy muy mal encaminada. Al final lo que importa es el arte y es lo que trato de transmitir.

Anterior DOCx: Lo de los Robots
Siguiente Picasso y Chanel en el Thyssen