Love of Lesbian


Entrevista de Vicen Martín y Reyes Muñoz
Fotografías (incluida portada) cortesía de Warner Music Spain (c)

Love of Lesbian pasan por esta revista como el cometa Halley. Casi nadie los conocía –nosotros desde luego no– cuando cantaban en inglés. En 2009 presentaban el mítico 1999y los astros se aliaron. Todo el mundo hablaba de la banda. Y en ExPERPENTO fuimos de los primeros en subirnos al carro. Los entrevistamos y los convertimos en una de nuestras portadas favoritas. En 2012ya había surgido la tribu de los «enteradillos». Una nueva entrevista pretendía responder a todos los que afirmarían «han perdido su esencia». Lo paradójico es que nadie dijo nada semejante, por tanto pusimos la tirita antes de que hubiera herida. Y ahora hacemos lo mismo con el lanzamiento de El poeta Halley, un disco que acumula experiencias, y aporta solidez a una manera auténtica, única y testada de sentir la música. Cuando abren la boca, nosotros los buscamos para entrevistarlos. Y como siempre ha sucedido, Santi Balmes nos ha respondido con enorme diligencia.

«Maldita sea, si durante cuatro años haces una canción al mes, que es poquísimo, te encuentras con cincuenta temas fácilmente. ¡Eso no es un disco doble, es un disco cuádruple! Hemos metido muchas canciones, ¡pero es que nos hemos cargado la mitad de las que teníamos!»

¿Quién es El poeta Halley?
Para nosotros el poeta puede ser cualquiera que ha conseguido crear un discurso en el que inspirarse. Creo que tenemos tantos poetas Halley que me resultaría difícil decirte un nombre.

«Habla de lo que ocurre cuando te das cuenta de que la inspiración es algo cíclico. Tienes que estar continuamente mirando al cielo si no te quieres perder ese cometa, ese rastro de luz instantáneo que te permite seguir adelante»

Nos habéis acostumbrado a discos con argumento, conceptuales… ¿Cuál es el concepto de este? Si lo tiene, claro.
Habla de lo que ocurre cuando te das cuenta de que la inspiración es algo cíclico. Tienes que estar continuamente mirando al cielo si no te quieres perder ese cometa, ese rastro de luz instantáneo que te permite seguir adelante. A diferencia de los otros discos, este habla de lo que es hacer música. También hay partes más terrenales, muy prosaicas. En esas ambigüedades nos hemos movido siempre. Nos gusta bascular entre una cosa y la contraria. También es un disco que habla de la conclusión de un ciclo que ha durado muchos años. Si tú has visto el Cometa Halley de pequeño, serás mayor si lo vuelves a ver. Lo mismo ocurre cuando sacas un disco. Sientes que es la misma banda, y al mismo tiempo sabes que no es la misma banda, y en realidad, la persona que lo va a escuchar tampoco es la misma persona.

Se distinguen tres tipos de canciones. Hay temas cortos muy energéticos, baladas intimistas, complicados temas largos con varias partes…
Hemos intentado que el disco sea un viaje largo compuesto de miniviajes. Cada canción acostumbra a no repetir estructura. No creo que sea el disco preferido del amante del sonido Love of Lesbian más comercial. Hemos sido conscientes de este problema. Hemos incluso intentado que sea equilibrado y hemos aceptado que era imposible salir indemnes de esta afrenta que suponía grabar un disco en este momento. Es un exceso en muchos sentidos. Pero bueno, hemos acogido al niño, lo hemos aceptado tal cual es y ya está. En otras épocas nos hubiéramos cortado mucho más. Y en este momento lo quisimos dejar fluir, porque también nosotros estábamos disfrutando con la progresión de las canciones. Hay mucha intensidad lírica, lo sabemos, pero es lo que sale después de un año sabático.

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A partir de «En busca del mago», el disco entra en una parte profundamente intimista, mientras que el comienzo del disco es vertiginoso… ¿Os habéis devanado mucho los sesos con el orden?
Lo del orden de las canciones es horroroso. Nosotros siempre tenemos claro la primera y la última. Y lo que va en el medio es como ganar el Euromillón. Por un minuto no es doble. Teníamos que pensar en que había canciones por las que queríamos pasar como con una liana. Pero el oyente se las iba a comer igualmente en una escucha completa del disco. Dices, pues las ponemos todas al final para que el disco guste y sea fluido. Eso era peor. Es muy complicado ordenarlas cuando tienes canciones muy largas. Y si hubiéramos metido una canción más, las posibilidades se habrían disparado de forma exponencial. Y eso sin pensar en los temas que querían cargarse unos y otros queríamos conservar… no ha sido solo discutir el orden, sino también qué canciones entraban y cuáles se quedaban fuera.

Es el riesgo si estás cuatro años sin grabar, con una gira descomunal por el medio y un año sabático… ¿no?
Poco hay con lo que podía haber sido. Maldita sea, si durante cuatro años haces una canción al mes, que es poquísimo, te encuentras con cincuenta temas fácilmente. ¡Eso no es un disco doble, es un disco cuádruple! Hemos metido muchas canciones, ¡pero es que nos hemos cargado la mitad de las que teníamos! Y da una rabia terrible porque cuando una gira empieza, no sabes cuándo termina, y puedes estar grabando una canción de 2014 en el 2019. ¡Tenemos que cambiar el procedimiento ya!

¿Y darles salida en internet? Igual entre que la metes en un disco o no… la canción acaba por desaparecer…
Sí, quizás esa posibilidad existe… Pero lo que pasa es que parece que hablamos de canciones de primera y canciones de segunda. Con internet mi sensación es como la de ese padre que tiene cinco hijos y al pequeño lo mete en un convento para que sobreviva y no pase hambre…

En el disco se percibe una cierta presencia de atmósferas etéreas y el uso de teclados es más patente, ¿habéis buscado un nuevo sonido?
Sí y no. Eso es culpa mía. Tiene mucho que ver con la manera que tengo de componer. Las previas las iba haciendo en la gira, en las literas, en los hoteles, con el GarageBand del iPad, y con los cascos puestos. Es un programa que funciona bien con los teclados, porque lo de las guitarras… buah, no acaban de colar. Yo estoy acostumbrado a componer con teclados, los grupos que más me han influenciado tienen mucho teclado y mucho sintetizador… No me resulta raro. Y para las guitarras ya estaba ahí Julián, intentando contrarrestar. El disco queda como impregnado de esa mezcla de sonidos nuevos y sonidos añejos.

¿Y cómo encaja ahí el binomio en la producción en manos de Ricky Falkner y Santos & Fluren?
Tienen tendencia a involucrarse. Acaban metiéndose tanto en su trabajo que terminan pensando que el disco es suyo, y les tienes que parar en plan: «Me gusta que os lo toméis de esa forma tan personal, pero… es nuestro disco». Es síntoma de que son muy buenos productores, es síntoma de que más allá de la música, existe una relación personal. Siendo pragmáticos, ellos saben que el trabajo que hagan con nosotros, atraerá a sus estudios a más bandas. Por tanto, la nuestra es una hermosa relación de intereses mutuos que mantenemos desde hace muchos años.

Los discos de Love of Lesbian trasladan a Barcelona, o más bien al Mediterráneo… ¿Sois conscientes de esto?
Bueno, es que todo lo que transmite Love of Lesbian viene impregnado de Barcelona. Vivimos en una ciudad a veces demasiado frenética y otras demasiado plácida. Es una ciudad con un gran bagaje cultural pero que últimamente está muy pendiente de modernidades, de estar a la vanguardia en todo… Es incluso un poco cansina con eso… Nosotros intentamos destacar de lo superficial el fondo, y el fondo es lo cotidiano, el día a día.

Háblanos del lanzamiento de canciones previo al del disco…
No ha sido una cosa destinada a animar el cotarro o incrementar las ventas, al menos por nuestra parte, sino para dosificar el disco. Es muy largo, tiene canciones muy largas, así que pensamos que lo mejor era ir soltando pequeñas cucharadas para que el oyente no sufriera en la primera escucha del disco completo…

«La brutalidad lo impregna todo, internet, el bar, las cenas… En este país hay especialistas en juzgarlo todo, que no se cortan a la hora de defenestrar, con menos de ciento cuarenta caracteres, una película que igual alguien lleva haciendo cuatro años»

Otro tema adelantado es «El yin y el yen»… Dinos de qué va…
Intenta canalizar la rabia en algo positivo. Es parte de lo que uno siente cuando lleva diez segundos escuchando a una persona decir frivolidades. La brutalidad lo impregna todo, internet, el bar, las cenas… En este país hay especialistas en juzgarlo todo, que no se cortan a la hora de defenestrar con menos de ciento cuarenta caracteres una película que igual alguien lleva haciendo cuatro años. Habla de esos seleccionadores de futbol que hay en todos los bares, esos críticos, esos expertos en política… de los enteradillos.

Las tendencias en twitter son casi siempre en negativo…
Sí, pero no. A mí lo que me molesta no es si lo que se dice es positivo o negativo, es lo gratuito. Si accedes al perfil de uno que te ha soltado un exabrupto, te das cuenta de que su estrategia vital es esa. Ese es uno de los problemas que tenemos en este país. El otro es el de no escuchar. Es difícil escuchar a alguien más de diez segundos sin que otro meta un chascarrillo. Me da mucha rabia todo esto.

Vale, pues cambiamos de tema… háblanos de «Psiconautas»…
Pues está ahí por suerte. Resulta que la empecé a componer con el GarageBand y la dejé a medias. No cerré la sesión. Días después ya iba con otra idea, y me puse a componer, por vagancia, seguido de lo que ya había hecho. Y de casualidad lo escuché todo entero y dije ¡Maldita sea! ¡Esto es una canción! Por eso digo que está ahí por suerte. Salió un buen viaje. Y lo de viaje lo digo también por lo que trata. Habla del asunto de los deportes de riesgo con el cerebro. Todos tenemos un punto de psiconautas. Igual tu abuelo toma pastillas para la tensión, tu padre las toma para dormir, el otro está con los antidepresivos… el de más allá con las valerianas… y la conclusión es que el amor también tiene un poco de eso…

El arte del disco es de muy principios de siglo XX o finales del XIX. ¿Qué relación tiene este grafismo con el disco?
Hay más épocas ahí acumuladas… también hace pensar en los cómics de los cincuenta, un poco en el diseño pin-up, aunque de finales del xix sin duda hay mucho… Plasma la idea de una huida del presente. La idea de los viajes nos obligaba a ser muy imaginativos con la portada. No podía anclarse en un lugar y ni en un contexto temporal. Yo llevaba tiempo hablando con Sergio Mora por internet. Le había cortejado previamente mostrándole mi admiración. Es una persona que bebe de muchas fuentes, que hace una revisión de los clásicos y los pasa por el filtro del pop. Me siento muy identificado con esa forma de ver el arte.

Con muchas fechas confirmadas ya, ¿cómo se plantea la gira?, ¿Será tan bestia como las anteriores?
Bueno, yo espero que ya hayamos comprendido que el mundo no se acaba mañana y que seamos capaces de decir que no. Nos tenemos que acostumbrar a que si de vez en cuando, decimos que no, tampoco pasa nada. Pero es que se nos queda muy mal el cuerpo, es como si dejaras pasar oportunidades únicas. No puede ser. Ya hemos empezado con los festivales, y luego espero que sea una gira en la que juguemos a ser un poco como el Guadiana.

¿Habéis probado los temas en directo con público de verdad o solo con los amiguetes?
Solo con amiguetes. Hicimos una especie de temporada metidos en un frigorífico gigante preparado para eso, con proyecciones de imágenes y tal, y nos han aplaudido. Pero claro, son amigos, qué van a hacer los pobres.

Más sobre Love of Lesbian: http://loveoflesbianband.com/

En ExPERPENTO impreso Marzo/Abril de 2016:

Enlace directo: http://issuu.com/experpento/docs/experpentomarzoabriloweb/4?e=2897458/33866118

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